Inspirada en acusaciones reales de brujería ocurridas en Zambia, “I Am Not a Witch” cuenta la historia de Shula (Maggie Mulubwa), una niña de 8 años que, tras ser declarada culpable de ser bruja, es llevada bajo custodia estatal y exiliada a un campamento de brujas en medio del desierto. En el lugar, participa en una ceremonia de iniciación en la que se le muestran las reglas de su nueva vida en un espacio que es mitad-aquelarre y mitad-zoológico humano. Al igual que las demás “brujas” residentes, Shula está atada a una cinta que está unida a una bobina que posa en un árbol gigante. Si llega a cortar la cinta, será maldecida y transformada en una cabra. Revelar más de la magnífica ópera prima de Rungano Nyoni sería develar los muchísimos trucos audiovisuales que posee bajo la manga. Lo que a inicios pareciera ser una hilarante comedia negra que comenta prejuicios sexistas y xenófobos en torno a la idea de “ser una bruja”, lentamente se desenvuelve como una triste tragedia que, fácilmente, podría ser catalogada como una gran fábula contemporánea en torno al trato del Estado con las mujeres en Africa. En un lugar en donde las brujas no pueden volar, ¿pueden ser brujas realmente? Leer más…