Situada en 1833, en un fortín en medio de la provincia argentina de La Pampa, la historia de “Pampa Bárbara” comienza cuando el comandante Hilario Castro (Francisco Petrone) —cuyos ideales se pueden resumir en la frase “la guerra hay que hacerla de frente”— decide traer mujeres desde Buenos Aires con el fin de que los soldados no deserten. Al conocer a Camila Montes (Luisa Vehil), una de las recién llegadas, Castro se enfrenta por primera vez a una serie de críticas a su manera de liderar y al verdadero enemigo de esta historia, descrito por el narrador de este relato (Enrique Muiño) como “el vértigo del amor al cual ningún corazón humano es ajeno”. Teniendo como base aquél puntapié argumental, la dupla conformada por el realizador argentino Lucas Demare y un debutante Hugo Fregonese recaptura la epopeya del gaucho argentino y el racismo tras los ideales de “poblar la tierra y exterminar a indio” para desarrollar una interesante postal argentina que transita temáticamente entre rivalidades de pueblos originarios y soldados blancos, visiones paternalistas en torno a la familia como núcleo social, y el rol que la mujer suponía en la vida de un forajido. En términos técnicos, el largometraje no teme en desplegar diversas escenas musicales en bares, elaboradas secuencias de cabalgatas al aire libre, y una pomposa banda sonora que, si bien le dan espacio a diálogos definitorios de personajes y situaciones tomar el ritmo de esta narrativa orientada al drama y el romance, explotan en la última media hora de metraje en un espectáculo de flechas, cañones y persecusiones que no tienen nada que envidiarle a los westerns contemporáneos. Con respecto al presente visionado, cabe mencionar que no existe una versión restaurada de este largometraje; esta copia presenta saltos, granos y rayas. Para bien o para mal, es lo más cercano a presenciar una exhibición en fílmico en la era del streaming. Leer más…