Una secuencia animada de créditos iniciales nos presenta a Skid Row, una zona que, de acuerdo al narrador de turno, “todos conocen pero nadie quiere pasar a ver”. Ahí podemos encontrar a personajes como Gravis Mushnick (Mel Welles), el dueño de una florería al que ni siquiera le gustan las flores; Audrey Fulquard (Jackie Joseph), una dulce mujer que peca de inocente; y Seymour Krelboined (Jonathan Haze), cuyo proyecto de vida es cuidar a una planta carnívora llamada Audrey Jr. (Charles B. Griffith) que sólo se alimenta de sangre humana. En poco más de 70 minutos, “The Little Shop of Horrors” despliega una serie de artilugios cómicos para desarrollar su relato —desde pequeños chistes que revelan la personalidad de cada personaje o gags visuales enfocados en el humor físico tipo slapstick—, sin rehuir del terror correspondiente que acompaña al apetito de Audrey Jr; terror y comedia se unen para develar una fábula en torno a personajes cuyos proyectos no pueden florecer. A pesar de lo arriesgada y experimental de la propuesta narrativa, la película resultó un éxito, al punto que fue la base de un musical homónimo estrenado en Broadway a mediados de 1982, que cuatro años más tarde fue adaptado a la pantalla grande por Frank Oz. A estas alturas, un clásico. Leer más…