80 años del natalicio de Raúl Ruiz: Una mirada que no se acaba
Raúl Ruiz cumple 80 años. Hay personas, tal como él, que no mueren nunca, así que podemos dejarlo así. Cumple 80 años y dedicó más de la mitad de su vida a dirigir, no sin problemas, alrededor de 100 películas en las que revisó probablemente todas las formas de expresarse en pantalla, además de varias series exhibidas en Francia y también en Chile. Una especie de anomalía, capaz de navegar con toda intensidad sobre los temas que le preocupaban y que, para nosotros como espectadores, tomaron otro cariz una vez que nos fueron revelados.
Se dice que hay varios Ruiz. El joven genio que escribía teatro a los 18 años y que posteriormente comenzó a dirigir cine, casi como una coincidencia, como una extensión de las historias que quería contar. El que luego rompe los esquemas con una película sobre bohemios, fracasados y pillos, mostrando una parte de Chile de la que todos parecían renegar. El exiliado que extraña Chile y no puede dejar de hablar de su país, hasta convertirse en un hombre que no está ni aquí ni allá, que habla desde las fronteras, que recuerda, pero ya no tiene la carga del que abandonó el país. Posteriormente, su trabajo lo volvería a reunir con los mitos chilenos, pero con una mirada lejos de la nostalgia, más bien con la curiosidad del que quiere seguir aprendiendo.
Tal vez desde ahí también nace su fascinación por el lenguaje, por las formas sonoras, por el ruido que modela el espacio. Ese idioma que buscó de tantas formas desde “Tres tristes tigres” (1968), pasando por “Palomita Blanca” (1973) y el mismo “Diálogos de Exiliados” (1975), pero que luego fue mutando en sus películas posteriores, hasta generar un sonido propio, una mezcla de tonos e idiomas con cadencias y ritmos propios, incluso reconocibles. Estas formas de asir la realidad —el mundo de los sueños también se presenta— también se extrapola a sus géneros cinematográficos: convive la tragedia con lo cómico, en lo que puede sentirse como una manera de ampliar las miradas.
Con mis amigos Christian Ramirez y Quintín, nos dimos a la tarea de revisar una por una y en orden cronológico, las películas, miniseries, documentales y cualquier dato visual que Ruiz haya dejado en su carrera. Los Diálogos Exiliados se han estado publicando en El Agente Cine desde noviembre de 2020 y creo que al menos en mi caso, me ha llevado por lugares que no conocía bajo ninguna perspectiva. Raúl Ruiz es siempre una invitación a entender el mundo desde su perspectiva, pero más que todo, una manera también de comprender la riqueza del dispositivo visual y las posibilidades de la imagen. Pese a él mismo no haber sido un cinéfilo —”A mi me cuesta ver filmes en general, y por lo demás, no culpo a nadie de no tener ganas de ver los míos” señala en sus diarios— su comprensión de lo que puede ser el cine extralimitó todo lo que conocíamos. Y tal vez por eso, por estar lejos de la influencia, logró construir sobre su misma tabla rasa, una forma de comunicación que nos compenetra, nos hace repensar lo que vemos y volver a ello una y otra vez.
Si nunca has visto una película de Raúl Ruiz, te recomendamos empezar con “Tres tristes tigres” (1968), una historia inspirada en la obra de teatro homónima de Alejandro Sieveking. Gracias a La Cinémathèque française, puedes ver la versión restaurada del largometraje por acá.