Alcarràs (2022): fractura familiar

Sabemos que las relaciones personales, sobre todo las familiares, son de naturaleza muy compleja. Pero ¿qué pasa con estos lazos cuando la vida que conocías tan bien comienza a desmoronarse frente a tus ojos? ¿Hasta qué punto los vínculos pueden estirarse sobre la grieta que avanza? Alcarràs (2022) explora este caos, desde lo más cálido a lo más oscuro de las conexiones humanas, y ahonda en los distintos matices de la vulnerabilidad.

Dirigida por Carla Simón (Verano 1993, 2017), la película sigue la historia de los Solé, una familia que de pronto se ve obligada a entregar las tierras donde han cultivado y vivido por décadas. Ante esta situación, el padre de familia hará todo lo posible para retrasar este inminente fin.

La cinta se levanta sobre sensaciones cercanas que el espectador identifica a través de las imágenes y escenas que se van desarrollando. Los paisajes, el silencio, las miradas; vórtices vacíos por donde se cuelan los sentimientos espesos y los no dichos. Narrado de una forma increíblemente sutil, el relato entra en el cuerpo como una aguja clínica. El dolor es agudo, constante y certero. Cada cuadro que conforma el filme es un golpe de emociones que explica el mundo y las sensibilidades internas de los personajes. El abismo que se va abriendo bajo la familia es casi tangible y, cuando comienzan a tambalearse, cada uno se aferra al borde de la mejor manera que puede.

Carla Simón logra visibilizar las diversas esferas en las que se mueve cada miembro de la familia, con sus intimidades y formas de dar cara a esa inevitable muerte de su cotidianidad. Desenreda la madeja de lana familiar, dejando en evidencia la dualidad que el cariño tiene para quienes lo comparten, esa puerta voluntaria al dolor que sólo el amor puede abrir. A pesar de esto, gracias a la mirada cargada de empatía de la directora, no vemos a los personajes como villanos o enemigos crueles, sino por lo que son verdaderamente: humanos, personas profundamente frágiles ante la incertidumbre.

Introspectiva, cercana y desoladoramente real, Alcarràs es una representación sincera de lo que implica ser parte de una familia, en los altos y bajos, conectados por un amor que entiende y perdona, con diferencias y acuerdos, unidos, a pesar de todo, frente al devastador derrumbe de la tierra.

“Alcarràs” ganó el Oso de Oro en Festival de Cine de Berlín y se encuentra disponible en MUBI.