«Aún estoy aquí» de Walter Salles (2024): El dolor de quienes quedan

En septiembre del 2023 se cumplieron 50 años del golpe de Estado en Chile, y entre las conmemoraciones y actos solemnes, había un comentario que aparecía mucho (quizás demasiado) en la vida y en las redes: “es tiempo de olvidar el pasado y seguir adelante”. La frase proviene, por supuesto, desde una vereda política y una polarización carente de empatía que caracterizan estos tiempos, sin embargo, deja abierta la posibilidad de cuestionarse temas más profundos. ¿Se puede superar la pérdida de un ser querido? Uno que desapareció sin dejar rastro. Una ausencia que grita en el espacio vacío de todas las fotografías que se siguen tomando posterior a su partida. ¿Cómo se sigue adelante ante la incertidumbre y el dolor de un arrebato? «Aún estoy aquí» (2024), película brasileña dirigida por Walter Salles, explora la realidad y el desasosiego que implican estos cuestionamientos.

Enmarcada en tiempos de dictadura en Brasil, la cinta sigue la historia de una familia que debe enfrentar la detención forzada del padre de familia. Rubens Paiva, antiguo diputado de la república y opositor al régimen, desaparece dejando tras sí una grieta irreparable que su esposa intentara rodear por el bienestar de sus hijos.

La película está narrada de forma muy hábil, hilando de a poco la tensión mediante momentos mundanos y escenas que despiertan inquietud, evitando usar discursos explícitos respecto a lo que implican los sucesos presentados. Comienza como un thriller que va escalando desde el desconcierto a la desesperación, sumergiéndose en la memoria colectiva para adentrar a los espectadores en momentos horrorosos de una dictadura que duró 21 años. Un dolor que nunca se pone en palabras, pero se siente con una intensidad insoportable.

Fernanda Torres, que interpreta a la madre, Eunice Paiva, es magistral en pantalla. De la misma forma que su personaje carga con la vida familiar entera, la actriz sostiene por completo el relato a través de sus ojos expresivos y sus movimientos silenciosos. La protagonista, con una entereza colosal y una voluntad incansable que solo Torres podría representar de forma tan impecable, nunca permite que su hogar se desmorone, ni frente a las dudas que crecen con el paso del tiempo, ni ante la verdad trágica detrás de la desaparición de su esposo.

El filme es un cuadro oscuro y personal que nos entrega una visión muy humana del impacto de la dictadura en todas las familias y personas opositoras al totalitarismo, logrando así que esta historia tan local y particular atraviese dolorosamente las heridas de un continente entero marcado por la violencia de estos regímenes.

“Aún estoy aquí” (2024) representa el horror de las desapariciones con una claridad estremecedora, mostrándolas por lo que en realidad son: una forma de tortura -como la misma Eunice señala- imperecedera al paso de los años que condena a una vida de incertidumbre y falta a las familias que se quedan. Padres, madres, hijos, hijas, nietos y nietas que hasta el día de hoy no encuentran los cuerpos de sus seres queridos. Porque 50, 54 años, no alcanza ni a ser una vida completa.

Desgarradora, indignante e imprescindible, esta película brasileña pasó a ser una obra fundamental para el ejercicio de la memoria y la búsqueda de justicia que tanto necesitan los pueblos latinoamericanos.

«Aún estoy aquí» (2024) tuvo su estreno en Chile en febrero de este año y logró obtener el Premio Oscar a Mejor Película Internacional.

¡Revisa el trailer de «Aún estoy aquí»!