Bastardo, la herencia de un genocida (2023): Trauma transgeneracional

“Bastardo, la herencia de un genocida” (2023) es un documental de memoria dirigido por Pepe Rovano, quien comparte su historia familiar, narrando como descubre que su padre, quien lo abandonó al nacer, es un carabinero condenado por violaciones a los Derechos Humanos en dictadura. El acercamiento y un posterior segundo abandono, ahora causado por la homofobia, son algunos de los hitos movilizan esta historia, permitiendo comprender que no se trata de un caso aislado, sino más bien de los conflictos político-sociales que arrastra nuestro país en su historia reciente y como estos impactan en los entornos familiares.

El documental es un ejercicio de memoria sobre la herencia genocida, analiza un trauma familiar donde incluso se judicializa la filiación para luchar contra el negacionismo y la corrupción. Es un relato de desobediencia de múltiples capas, donde encontramos los Derechos Humanos, la homofobia y los pactos de silencio, por mencionar algunas. Lo que convierte esta historia familiar, en otro ejemplo del trauma transgeneracional de Chile con la dictadura.

La película resuena en momentos con “El pacto de Adriana” (2017) de Lissette Orozco, quien colabora y asesora en el guion. De esta manera, “Bastardo” podría ser una especie de contracara de ese documental. A su vez, se une a la tendencia de documentales basados en relatos familiares narrados en primera persona como “Venían a buscarme” (Álvaro de la Barra, 2016) o “Historia de mi nombre” (Karin Cuyul, 2019), por mencionar algunos ejemplos. Cintas que ejemplifican el modo en que las violaciones a los Derechos Humanos, son una herida abierta que impacta en nuestras familias y por lo tanto, en nuestra identidad.

“Bastardo, la herencia de un genocida” es un documental que crece con su director. Con un arco temporal que sigue sucesos entre el año 2009 y 2017. Se posiciona como una obra persona e íntima, que permite procesar una herencia que incomoda, al igual que nuestra historia reciente. Los registros personales y la voz en off de su protagonista, favorecen la reflexión y se perciben, como un relato contado en un espacio hogareño, como esos recuerdos y memorias que solo contamos a nuestros más cercanos.

Desde este caso, el documental gatilla reflexiones desde el abandono y el desheredamiento. Con cuestionamientos además a la paternidad y la familia. Incluso, el modo en que la homofobia y el genocidio son parte de nuestra realidad y, por lo tanto, de la historia. Así preguntas como ¿Quiénes somos? ¿De dónde provenimos? No solo se analizan desde la perspectiva personal, sino que también desde lo social y político. El Chile contemporáneo es hijo de un genocidio, de la tortura y las violaciones a los Derechos Humanos. Todos nosotros fuimos abandonados. El país es también, bastardo y huacho.

“Bastardo, la herencia de un genocida” (2023) de Pepe Rovano se encuentra disponible en salas de cine independiente desde el 31 de agosto y parte de la programación especial de MIRADOC para la conmemoración de los 50 años del golpe de estado.