Cinco películas de terror para ver en Halloween
Y llegó otro Halloween con uso obligatorio de máscara, claro que durante dos años la hemos llamado “mascarilla” y su función no es precisamente la de impresionar, menos la de asustar. La celebración de este año será un poco más “libre”, por llamarlo de algún modo, en donde sí volverán los niños a pedir “dulce o travesura” y tratar de imitar, lo más posible, esta tradición que nació en el país del norte y que llegó a Chile para quedarse. Con tal de vender máscaras, disfraces y dulces, todo bien, ¿no? Pero no todo es “treat or trick”. Habrán jóvenes y adultos que querrán ver un buen par de películas de terror en la noche de Halloween. Y nosotros hemos preparado una selección de cinco películas que encontrarán en Eyelet Media, y que pueden disfrutar vestidos de zombie y bebiendo algún trago de color rojo. ¡Espero que les guste!
“And Then There Were None” (René Clair, Estados Unidos, 1945)
Diez personas son invitadas a pasar un fin de semana a una gran casa situada en la isla de Devon, Inglaterra. Sin embargo, la invitación está llena de particularidades: entre ellos no se conocen, el anfitrión no se presenta en persona, y, por si fuera poco, uno a uno van desapareciendo hasta que ¿no quede ninguno? Esta es la primera adaptación cinematográfica de una de las novelas más leídas de la escritora británica Agatha Christie, “Diez Negritos” (Ten Little Indians, 1939), la cual retrata de forma fehaciente (solo exceptuando el final, debo decirlo) lo escrito en la obra original. Los personajes son muy bien caracterizados, el ritmo no es vertiginoso, tampoco es lento, por lo que logra concentrar la atención del espectador. El director sortea con astucia la dificultad de describir diez personajes distintos entre sí y totalmente inconexos, y armar una historia que avanza conforme a que el espectador espera pacientemente quién será el próximo invitado en desaparecer de escena. Entretenida obra visual realizada solo 6 años después de la aparición de la novela de Christie.
“A Field in England” (Ben Wheatley, Reino Unido, 2013)
Un esclavo, durante la Guerra Civil británica del siglo XVIII, escapa de su amo ya que quería matarlo. Durante su escapatoria, se une a otros personajes que también huyen de situaciones particulares con los que decide ir a una cantina; pero en el camino son atrapados por un alquimista, quien los hace buscar un tesoro supuestamente escondido. Esta es la cuarta película del director Ben Wheatley, quien desea resaltar, aparte de la fotografía, momentos oníricos y psicodélicos que son la base del filme. Si bien no es una película de terror en sí, logra llevar situaciones a veces confusas al espectador pero que después logra volver a su centro con mucha astucia. Sin embargo, puede estar llena de interpretaciones, y depende de cada uno definir qué representan cada una de esas escenas filmadas con éxtasis. Filmada en blanco y negro, vuelvo a destacar la fotografía, el punto alto de la película.
“Cheap Thrills” (E. L. Katz, Estados Unidos, 2013)
Un padre de familia abrumado por las deudas y consumido por una depresión, ahoga sus penas en una cantina cuando se le aparece un desconocido y le propone un trato: le dará una interesante suma de dinero por cada acción que le pedirá realizar. Pero cada una de estas acciones se va poniendo cada vez más extraña y violenta. ¿Cuándo se detendrá? Especial para los amantes de películas tipo “Saw” (2004), esta película es una escalada de violencia que contiene tintes de Quentin Tarantino y los primeros filmes de Peter Jackson. Es una comedia negra pura, de esas que hace plantearse si es correcto reír con este tipo de situaciones. Con exageradas actuaciones que van de la mano con lo que estamos presenciando, es una buena propuesta, roza el gore y no busca ganar el Oscar a mejor guion, pero de seguro le atrapará.
“Long Weekend” (Colin Eggleston, Australia, 1978)
Durante un largo fin de semana, un matrimonio acomodado de la ciudad de Sidney decide acampar en una playa tranquila rodeada de vegetación y lejos del ruido urbano. El increíble descuido de ellos con el medio ambiente más la intolerancia de la pareja, hará que la madre naturaleza trate de recuperar su tranquilidad. Existen muchas obras que relacionan al ser humano con la naturaleza, de buena o mala manera, con sencillez o llenas de clichés, pero ninguna como lo que vemos acá en más 90 minutos. El desprolijo a propósito que plantean guionista y director de la pareja hacia el lugar que están visitando, hace que nos planteemos si nos comportamos realmente así o es una exacerbación de la realidad. Las pugnas internas, por su parte, si bien no nos plantean ninguna originalidad, es el bastión que sirve para justificar los arrebatos de los protagonistas y, de paso, representan una crítica a la sociedad acomodada de la época. ¿Solo de esa época? Una gran película que ya tiene más de 40 años, y que entrega un mensaje potentísimo y atemporal.
“Night of the Living Dead” (George A. Romero, Estados Unidos, 1968)
Un grupo de personas se atrinchera en una casa para evitar ser atacados por una horda de muertos vivientes. Primero que todo, deban saber la cantidad de artículos, análisis cinematográficos, sociológicos y hasta políticos que se han realizado de ésta, la ópera prima del director norteamericano George A. Romero. Pero lejos del doble clic para evitar extenderse de todas las interpretaciones que se le ha atribuido, es una película de zombies y la historia la ha juzgado como tal. Lo interesante es que Romero pone a un protagonista “de color” en medio de personas “blancas”, lo que para la época en Estados Unidos era prácticamente una aberración, sobre todo cuando los blancos piensan en salvarse solo ellos mientras que el personaje “de color” piensa en salvar al grupo en general… La adrenalina del filme provoca que hasta el más cercano al Ku Klux Klan se identifique con el personaje “de color” y quiere que se salve del ataque de aquellas criaturas muertas vivientes. Película de culto que abrió el camino del cine zombie a como lo conocemos hasta el día de hoy.