Con cinta inédita de Raul Ruíz: FICValdivia anunció los filmes central, de cierre y la sección Gala Chilena
En la antesala de la trigésima edición del Festival Internacional de Cine Valdivia, la organización entregó más novedades de las jornadas que se realizarán desde el 9 al 15 de octubre. Complementando los anuncios iniciados este año con el Film de Apertura, “Mudos Testigos”, película póstuma del realizador colombiano Luis Ospina, realizado en conjunto y concluido por Jerónimo Atehortúa, se dieron a conocer recientemente los filmes central y de cierre del certamen. Además, se anunciaron los nombres de las películas que formarán parte de la Gala Chilena preparada por el festival.
Film Central: Las cosas indefinidas
Después de ganar la Competencia Largometraje en el 29º FICValdivia con la película “Sobre las nubes”, María Aparicio retorna al festival con “Las cosas indefinidas”, filme que prosigue su indagación en personajes mínimos y anónimos cuya identidad está ligada íntimamente a lugares, barrios y oficios específicos. En su nueva película es el entorno de una cineasta y montajista (Eva Blanco) que, mientras trabaja en un documental sobre personas ciegas, comienza a sentir distancia existencial respecto de su oficio y del cine en general. Ese vacío se amplifica con la muerte del director con quien ella trabajaba, desgano que se extiende hacia las mínimas relaciones, entre ellas la que establece con Juan (Ramiro Sonzini), su asistente.
Film de Clausura: “El Realismo Socialista”
Como Film de Clausura, el festival estrenará “El Realismo Socialista”, eslabón perdido en la filmografía chilena de Raúl Ruiz, que el realizador rodó entre fines de 1972 y comienzos de 1973, en un momento en el que el centro de su interés estaba en el registro del proceso político chileno, decantado en las vidas de personajes asociados a distintas clases sociales y marcados por las contradicciones entre la naturaleza de sus ambiciones y la opción ideológica.
El filme, que quedó inconcluso, intenta describir los debates internos del Partido Socialista a partir del cruce de vidas entre un obrero y un izquierdista de clase media. “Trabajé con obreros que se habían tomado una fábrica y, como eran buenos actores, el resultado fue un comedia musical, incluso habiendo filmado en directo”, explicó el cineasta a la revista francesa Positif en 1974.
Por la envergadura de los debates que Ruiz quería incorporar en grandes arcos de situaciones y personajes, el filme debía durar más de cuatro horas, pero quedó inconcluso y a mediados de este año la productora Poetastros, responsables también del rescate de “La telenovela errante” (1990) y de “El tango del viudo y su espejo deformante” (1967-2020) -ambas estrenadas en Chile en FICValdivia-, logró concluir en Lisboa, en la Cinemateca Portuguesa, su proceso de restauración en 4k.
En la ceremonia de inauguración del 29° FICValdivia se estrenó el tráiler de la película y este año el ciclo se cierra con la exhibición de la película completa, en una versión de 78 minutos, obra que no sólo constituía una zona ciega del trabajo más político de Ruiz en los años de la Unidad Popular, sino que también es un registro social y reflexivo de gran valor que enriquece la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado.
Gala Chilena
La sección Gala, segmento no competitivo del Festival que exhibe obras consagradas del último año, ha liberado también su foco chileno. La primera de ellas es “Los colonos”, la ópera prima de Felipe Gálvez que fue seleccionada en la sección Una Cierta Mirada (Un Certain Regard) en el pasado Festival Internacional de Cine de Cannes y obtuvo el Premio de la Crítica (FIPRESCI), reconocimiento que ninguna otra película chilena había obtenido hasta ahora.
El filme pone en escena parte del genocidio selk’nam a través de una historia que se inicia en 1901 en Tierra del Fuego y que narra la travesía de un teniente inglés y de un mercenario estadounidense quienes son contratados por un rico hacendado local para abrir caminos y hallar una ruta para el ganado hacia el Atlántico. La tarea deviene en una matanza de indígenas y en el trayecto el mestizo que acompaña a los dos hombres se convierte en testigo forzoso de la cacería.
Hay en “Los colonos” un principio de ajuste con ciertos códigos del cine de época -y también del western revisionista-, especialmente en la manera en que aplaca la tendencia al preciosismo fotográfico de los paisajes australes anulándolo con el sombrío y patético retrato de sus protagonistas, una mirada frontal y desencantada que Gálvez ya había expuesto en su agria mirada al Chile preestallido en su cortometraje Rapaz (2018), premiado en el Festival de Cine de Huesca.
Dos años después de que el cortometraje “Los huesos”, de Cristóbal León y Joaquín Cociña, inaugurara la 28° edición de FICValdivia, sus directores regresan para estar presentes en la sección Gala con el estreno mundial de su nuevo proyecto de animación, “Cuaderno de nombres”, cortometraje que inició su preproducción con el título de trabajo de Memorial y que remite también a la idea de registro de nombres y de memorias específicas de los niños que desaparecieron o fueron asesinados durante la dictadura de Pinochet.
El filme se construyó precisamente como un memorial en formato audiovisual y se trabajó en parte en el estudio de Diluvio y en parte en el marco de un taller de trabajo con jóvenes, porque la dimensión colectiva es también un aspecto clave en el sentido universal que tiene el corto. Las imágenes de “Cuaderno de nombres” se organizan a partir de la historia de un niño que es secuestrado por militares mientras espera en la fila para comprar el pan y para León y Cociña no se trata específicamente de una película política, sino del terror de no poder confiar en quienes deben cuidar a la población.
“Imaginamos el corto como un río, como una gran corriente de energía que retumba, que remueve y arrastra. Y lo imaginamos también como un susurro, como un secreto escrito en las páginas finales del cuaderno de un escolar. Hacer el corto nos conectó con nuestra propia adolescencia, al mismo tiempo que nos confrontó con el terror de que algo les ocurra a nuestros hijos”, señalaron.
En 2018, el superhéroe Mirageman reapareció fugazmente cuando el realizador Ernesto Díaz se hizo cargo del spot del 25° FICValdivia. La elección tenía sentido en tanto fue un festival conmemorativo que revisó un cuarto de siglo de trayectoria valdiviana y el filme aludido (Mirageman) -que se estrenó en la Ventana de Cine Chileno en 2007 y logró el Premio del Público-, resumía parte de los desarrollos del cine local en el período.
Después de su última colaboración junto con el actor Marko Zaror en Redentor (2014), Ernesto Díaz se decantó en un cuidadoso ejercicio de estilo y cinefilia con Santiago Violenta (2014), después del cuál se hizo cargo de la secuela de la comedia Fuerzas Especiales (2015). “El puño del cóndor” es otra de las cintas elegidas para la sección Gala y es, sin duda, un retorno del director tanto al género de artes marciales que ha cultivado con entusiasmo inagotable y también a su relación profesional con Zaror, hoy radicado en Estados Unidos.
El filme se entiende como la primera parte de, al menos, un díptico y, como en buena parte de su obra, se estructura a partir de la larga puesta en escena de un ajuste de cuentas, la de El Guerrero (Zaror) contra su hermano gemelo que asesinó a su maestra y lo privó de acceder a un conocimiento ancestral recogido en un libro sagrado.
La cuarta película chilena en la sección Gala y quizás una de las más esperadas de la temporada local es el estreno mundial de “Voy y vuelvo”, el nuevo filme del realizador Cristián Sánchez, cineasta que estrenó sus dos obras anteriores, Date una vuelta en el aire y La promesa del retorno, en la edición 27° del FICValdivia.
Con la frase kafkiana “quien no busca no halla, pero quien no busca es hallado”, Sánchez inicia un relato episódico guionizado y grabado en tan sólo 27 horas en donde virtualmente hay una sola locación que asemeja, muy estilizadamente, a una cárcel. Desde allí Alejandro, un joven lumpen, se relaciona con diversos personajes que irrumpen en el espacio, generando situaciones que aluden a su sobrevivencia mínima, revendiendo o intercambiando objetos. “Voy y vuelvo” se organiza verbalmente con una aproximación antropológica, con el mismo interés del director por el dialecto Mapuche en “Cautiverio Feliz” (1998) y en “Date una vuelta en el aire” (2020), y desde allí incorpora elementos de la cultura popular y la noción de purgatorio como figura recurrente.
El Festival Internacional de Cine de Valdivia se llevará a cabo entre el 9 y el 15 de octubre, en el marco de la especial celebración de sus 30 años. Puedes conocer más información en las redes del festival y en su sitio web www.ficvaldivia.cl
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