
“Denominación de Origen” (2024) de Tomás Alzamora: Un cómico abrazo a la identidad regional chilena
Longanizas, Los Ángeles Negros, Pablo Chill-E y mucho más, una ficción que se ha estado consagrado como un verdadero abrazo al ser de los chilenos y chilenas y al hacer las cosas desde el cariño. “Denominación de Origen” (2024) es una película tipo falso documental, que nos presenta y visibiliza la gran lucha del Movimiento Social por la Longaniza de San Carlos (MSPLSC).
Todo comienza en 2018, durante la Fiesta de la Longaniza en Chillán, cuando el premio a la mejor longaniza se le arrebató al Centro de Educación y Trabajo de Gendarmería de San Carlos por no pertenecer a la comuna. Esta situación marcó un punto de quiebre, ya que Chillán, la ciudad que durante años ha opacado a la verdadera cuna longanicera del país, despojó un reconocimiento que muchos consideraron injusto. Bajo esta premisa, cuatro abanderados personajes emprenden una lucha por demostrar la verdad y recuperar la dignidad de San Carlos.
La denominación de origen es la designación de un producto que por ser originario de dicha región, por las costumbres de producción o transformación de sus habitantes, tiene unas características y/o reputación que lo hacen diferente. Bajo esa premisa es donde comienza la gran aventura de la dirigenta Luisa Barrientos, Dj Fuego, Tio Lelo y el abogado Juan Peñailillo, con el fin de entregar este signo distintivo a su querido San Carlos y sacarlo de una vez por todas de la sombra de Chillán.
Cuando pensamos en una comedia chilena sobre la longaniza existen muchas lecturas previas que nunca van a presagiar lo que podemos ver en esta película, que nos integra de lleno en la historia de la región de Ñuble en especial de la ciudad de San Carlos, desde la crianza de los cerdos y su alimentación con arroz sembrado en la ciudad, hasta la creación de la primera fábrica de cecinas. Pero esto no se queda solo en la historia de la longaniza, sino que también nos presenta el gran trabajo social que llevan a cabo las y los dirigentes de nuestro país, que a pesar de los desacuerdos, conflictos con las autoridades o entre ellos mismos, el espíritu colaborador se mantiene intacto en sus corazones y sus acciones.
Hay veces que al cine, sobre todo en la industria nacional, le hace falta un poco de humildad, y creo que el trabajo de Tomás Alzamora («La mentirita blanca, 2017), no solo en esta película, nos demuestra que no siempre necesitamos a las y los mismos actores y directores haciendo los mismos roles para generar una verdadera leyenda del cine nacional.
Una película muy necesaria para recordarnos que nuestro país no es solo procesos constitucionales fallidos y personas gestando mal el poder, sino que somos humanos apasionados, a tal punto que, si se nos presenta una oportunidad más tentativa, la tomaremos, pero con el mismo entusiasmo, obviando totalmente lo que iniciamos. La invitación no es solo a verla y disfrutarla, sino también a reflexionar sobre lo que es ser chileno y ser de región, a reconocer nuestros orígenes y costumbres que al fin y al cabo son las que nos definen y las que quedarán para siempre en nuestra memoria.
“Denominación de Origen” (2024), producida por EQUECO, tuvo su estreno mundial en el 31° Festival Internacional de Cine de Valdivia, llenando las salas del festival y ganando el Premio del Público y el Premio Especial del Jurado. También se presentó como película inaugural del 15 ° Festival Internacional de Cine de Iquique.
Recientemente, la película fue presentada en estreno regional en la ciudad que la vio nacer, en el marco del sexto Festival de Cine Nacional de Ñuble, siendo la función de clausura en el Teatro la Matriz de San Carlos. La cinta seguirá en su ciclo de festivales, como es el caso del Festival de Cine Chileno 2025, donde será parte de la Selección Oficial Competencia Radiografía Nacional, para luego ser estrenada en salas nacionales el 24 de abril de este año.
¡Revisa el trailer de «Denominación de Origen»!
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