“El dolor invisible” (2022): Colectivizar el malestar
“Chile será la tumba del neoliberalismo” señalaba una de las pancartas emblemáticas del estallido social. “No era depresión, era capitalismo” fue otra de las consignas. Algo que hoy se percibe con cierto anacronismo con los resultados del plebiscito de salida.
No hay salud mental sin condiciones de bienestar. Esta es la premisa del documental “El dolor invisible” (2022) de la antropóloga Nathalie Bravo y el cineasta Pablo Bravo, obra que cuestiona el modelo biomédico con enfoque altamente farmacológico y psiquiatrizante. Desde esta mirada crítica, se presenta el bienestar mental como problema social en la que lo personal, no ofrece las respuestas necesarias para su resolución. Porque problemas globales o estructurales, no se puede enfrentar desde lo individual.
La película articula distintas aristas. Por una parte, encontramos el seguimiento al caso de José Vergara Espinoza, un joven etiquetado con patologías de salud mental graves desaparecido luego de su detención por parte de Carabineros de Chile en Alto Hospicio. También encontramos un análisis a la situación de la salud mental en la mujer; una mirada con enfoque de género que posiciona a la psiquiatría como otro brazo del patriarcado, con altísimas tasas de abuso en mujeres internadas, además de la estigmatización y exclusión social. La pluralidad de testimonios aportan una evidencia que increpa e impacta.
Este documental se posiciona como cine de urgencia y militante, con una postura compleja y clara: la precariedad social es el escenario que genera un malestar mental generalizado. El modelo biomédico y el trabajo farmacológico, solo aborda la faceta biológica del individuo, pero invisibiliza el rol histórico y social, en la que se anula la diferencia. En esta perspectiva, la obra interpela y gatilla reflexión en torno al bienestar personal y colectivo, incluyendo en la ecuación factores como la precariedad y el endeudamiento.
En los últimos años, se reconoce una ola para “hacernos cargos” de nuestra salud mental, mensaje que se volvió muy real con la experiencia global de la pandemia y el confinamiento. Puesto que esta excepcionalidad dejó en evidencia explícita la precariedad y violencia de la realidad. Por lo mismo, esa búsqueda o retorno a la normalidad es la que tensiona o incomoda por su inconsistencia.
Es desde la crítica y en este relato contra-hegemónico que “El dolor invisible” encuentra su principal valor. Articulando distintas realidades y evidencias, producto de un proceso de investigación que expone sus resultados acudiendo al lenguaje cinematográfico para favorecer la visibilización y urgencia de superar la lógica del sanar individual. Colectivizar el malestar para propender a la inclusión social.
Recomendada para todos/as quienes tienen algún rol en el trabajo con el bienestar mental. Una obra crítica e incómoda que no finaliza con los créditos.
“El dolor invisible” (Nathalie Bravo y Pablo Bravo, 2022) tuvo su estreno internacional el sábado 1 de octubre en Insomnia Teatro Condell.