“El Estado Imaginario” (2020): Una realidad ni tan imaginaria
La base de “El Estado Imaginario” (Alan Fischer, 2020) es la búsqueda de una respuesta y venganza. Un hombre chileno, nacido en Suecia, viaja a Estocolmo para buscar a los terroristas que mataron a su familia en un atentado similar a los efectuados por ISIS en la realidad. Al inicio se aclara que en el filme se hablan cinco idiomas, sueco, español, kurdo, árabe y farsi. Luego de un caótico inicio con una persecución, vemos como el protagonista Matías Said (Francisco Sobrado) llega a Estocolmo y recurre a un lejano familiar musulmán que decide ayudarlo a asentarse y lo integra a la dinámica familiar. A su vez, él inicia la búsqueda de los terroristas que atacaron a su familia en Chile.
Si bien no es una historia aburrida, es difícil ir captando qué pasa realmente, a quién busca el protagonista, sobre todo porque se apega al estilo de película de venganza, donde los flashbacks nos van aclarando de a poco los motivos y los culpables, pero “El Estado Imaginario” va a un ritmo más lento de lo que nos tiene acostumbrados la industria del cine en general.
Otro obstáculo para enganchar con el argumento es que el conflicto árabe-occidente es una temática lejana a Latinoamérica, lo que no es culpa de Fischer. Hay que tener en cuenta que el flujo de información prioriza la proximidad de los hechos, y si bien en Suecia la comunidad chilena es grande, no alcanza para que el acontecer de allá llegue a la agenda nacional con tanto detalle como los que presenta el director en su filme.
Se da por hecho que el espectador va a comprender todo el contexto detrás de la película, pero llega un momento en que hay que buscar en Google por el desconocimiento de un conflicto que lleva años e involucra un sinfín de aristas con las que no se está familiarizado.
A pesar de lo anterior sí es comprensible las relaciones que va creando Matías con su nueva familia, la camaradería que logra con su “primo” Ahmed, quien finalmente es el único que sabe los verdaderos motivos de su viaje y trata de persuadirlo a dejar su plan de venganza por el peligro que conlleva. También hay un interés amoroso con su “prima” Shirin, quien tiene un leve parecido a su fallecida esposa, dándose a entender que por esto se da algo más entre ellos, ya que no tiene grandes interacciones más allá de conversaciones.
La primicia de “El Estado Imaginario” es que está basada en hechos reales. En conversación con El Mostrador, Alan Fischer cuenta que son los casos de chilenos que dejaron toda su vida atrás para unirse al Estado Islámico y los atentados terroristas los hechos que dan pie a su ficción. De todas formas, es valorable el salto que hace el director y guionista hacia una temática no explorada en el cine chileno. Es probable que para aquellos compatriotas que viven en el extranjero sea un relato más cercano, pero por acá queda una rara sensación, y la mejor manera de describirlo es ver las tomas áreas de Santiago puestas de cabeza con las que inicia los 103 minutos de película.
“El Estado Imaginario” (Alan Fischer, 2020) se estrenó en Chile el 21 de abril de 2022.