Extraña forma de vida (2023): Pasión inhibida, ficción comprimida

El trabajo del director español Pedro Almodóvar siempre ha destacado por su pintoresca y vigorizante forma de representar y crear escenarios, personajes e historias. Las paletas de colores brillantes, el humor ácido con tintes ingenuos, las tensiones palpables (aunque no densas) y los diálogos concisos e inteligentes son elementos que se han vuelto característicos en las mejores obras de Almodóvar, y ya han sido intrínsecamente asociados su estilo.

Tras sus declaraciones que hacían referencia a cómo el director rechazó una propuesta de dirigir “Secreto en la Montaña”, su más reciente cortometraje en habla inglesa, “Extraña forma de vida”, estuvo en el ojo del huracán desde que se conoció la trama: un western homosexual. Se etiquetó a la obra como la “versión Almodóvar” de “Secreto en la Montaña”, lo que, si bien resultó en una buena estrategia de marketing, también generó una ola masiva de interés por parte del público con enormes expectativas en torno al cortometraje (sobre todo en Chile, considerando que uno de los protagonistas es Pedro Pascal). Este marketing terminó siendo un arma de doble filo, condenando lo que es un proyecto bienintencionado de Almodóvar, fallido en algunas áreas en las que es grave errar, sobre todo para un reputado director como él.

“Extraña forma de vida” es un cortometraje español del género de western, dirigido y escrito por Pedro Almodóvar, que cuenta con tópicos relacionados con la comunidad LGBTQ+. La cinta se exhibió en el último Festival de Cannes y se estrenó en cines chilenos el 14 de septiembre de 2023.

Narra la historia de Jake (Ethan Hawke), el sheriff de un pequeño pueblo en la mitad del desierto, y Silva (Pedro Pascal), un ranchero foráneo, dos amigos de tiempos pasados que habían perdido contacto. Su vida transcurre así hasta que Silva, veinticinco años después de su último encuentro, vuelve a ver a Jake, despertando recuerdos, pasiones y tentaciones pasadas. Todo va de maravilla hasta que Jake, al día siguiente de su reunión, descubre que Silva había regresado a verle no sólo para reencontrarse con él, sino que también por un drama familiar complejo y violento.

“Extraña forma de vida” tiene todos los elementos estéticos y visuales típicos de una obra de Almodóvar, y es muy interesante ver cómo el director utiliza las atmósferas, escenarios y temas característicos de los westerns norteamericanos de una manera que se mantiene creativa y fiel a su estilo propio, colorido y radiante. La obra otorga color, personalidad y brillo a estas mismas locaciones grises y polvorientas, incluso en los momentos de mayor oscuridad. Es un corto estéticamente bonito y agradable de ver, y eso es mérito de cómo Almodóvar construyó el entorno y el ambiente de este western sentimental, dándole calidez y vida.

Sin embargo, para ser un corto tan llamativo en lo visual, resulta sorprendente que su contenido a nivel narrativo se sienta tan apático e indolente, sobre todo en un guion cuya historia da pie a tópicos interesantes para desarrollar, relacionados a la concepción del amor, la homosexualidad reprimida, el machismo, las relaciones padre-hijo, entre otros temas. La historia de Almodóvar, sostenida por los complejos sentimientos y relaciones de los personajes, se siente cortada, comprimida y desaprovechada, sobre todo considerando la corta duración de la obra. Es por esto, que la mayoría de los eventos y aspectos importantes de la historia son contados con diálogos expositivos largos, enrevesados, apurados y que se perciben inverosímiles en su ejecución. Los personajes no muestran coherencia con sus propios modos, lo que vuelve al corto difícil e incómodo de ver en esas escenas.

Almodóvar abarca mucho y aprieta poco. Las escenas que deberían ser emotivas y explicar los desarrollos de personajes, se ven saturadas con diálogos expositivos o abruptamente cortadas, arruinando la sensibilidad que el espectador podría sentir. Ni siquiera en el romance homosexual entre Hawke y Pascal se percibe una química, y el momento en que mejor se sustenta y se hace honor a la pasión de su amor es en un flashback, lo que habla de una pobre construcción narrativa y un potencial desperdiciado.

Analizando otros elementos, aspectos como la banda sonora o la producción están bien trabajados, aunque no son suficientes para tapar una pobre y descuidada narrativa. Las actuaciones también se ven afectadas por el apurado e impulsivo guion, siendo Pascal el más perjudicado, en mi opinión, ya que su personaje no llega a ser coherente con su propia personalidad a lo largo del corto. Es difícil dar consistencia a un personaje confuso cuyos diálogos son meramente expositivos, y, cuando no los son, se sienten fuera de lugar.

Si bien no es un cortometraje difícil de ver (por su duración y su estética bien cuidada), “Extraña forma de vida” se siente confusa, pobremente escrita, poco apasionada, comprimida y apresurada, insistiendo en contar muchas cosas en poco tiempo y de manera abrupta y seca. Es posible que esta narrativa errática hubiera mejorado si Almodóvar hubiera adaptado esta historia a un largometraje, por ejemplo, o si hubiera utilizado más recursos audiovisuales con propósitos narrativos en lugar de usarlos con sentido meramente estético. Almodóvar es un gran director y guionista, pero su falta de acierto en el guion y en el desarrollo de los temas que él mismo plantea vuelven a “Extraña forma de vida” un infrecuente y fallido proyecto.

“Extraña forma de vida” se encuentra en cartelera en cines chilenos e ingresará al catálogo del servicio de streaming MUBI el próximo 20 de octubre.