“Los Hiperbóreos” (2024): Surrealismo en Chile
El pasado se reconstruye en retazos de papel y cartón en “Los Hiperbóreos”, la última producción de Cristóbal León y Joaquín Cociña, responsables de “La casa lobo” (2018) y “Los huesos” (2022). Antonia Giesen, actriz y psicóloga clínica, reinterpreta partes de su persona en un viaje alucinante bañado de teorías de conspiración y mundos alternativos. El nuevo proyecto de Globo Rojo Films comprende una especie de pseudo-documental sobre la desaparición de una película y su recuperación, inspirada por la aparición espectral del escritor nazi Miguel Serrano en la mente de un paciente de la protagonista.
El robo de la película motiva una travesía lisérgica a través de la mente y la tecnología, ejecutada con una fresca integración de materiales y formatos. Se arma un mixed-media formal y narrativo en el que se desdibujan convenciones típicas del cine de ciencia ficción y el cine de aventuras, para delinear mundos nuevos en los que se exploran huecos desconocidos del inconsciente.
El espectro tonal de esta película es particularmente amplio. Las citas, tanto textuales como temáticas, van desde los ‘arquetipos’ de Carl Jung hasta chistes propios de un capítulo del show de Los Muppets. Pero esta algarabía de elementos va siempre de la mano de una mirada experimental motivada por el aprendizaje y la superación de los límites de la narratividad. En cada uno de sus trabajos, el equipo de producción exhala un intenso amor por el proceso de creación que se ve registrado en la factura cinematográfica final.
Los márgenes de cada parte del relato se vuelven difusos en cada cambio de ejercicio. Del live-action se pasa a marionetas, luego a pixilación y luego a stop-motion. La meta-ficción se confunde con lo extra-diegético y no sabemos si es que en algún momento esta suerte de obra teatral saldrá de la pantalla. Dentro de una serie de acrobacias plásticas se esconden ideas sobre el mundo digital, el inconsciente colectivo y el control mental. Todo amarrado en una nube de surrealismo que quita tanto como otorga sentido a lo que sucede.
En una entrevista con Wendy Jackson, el director checo Jan Svankmajer señala: “Al igual que, por ejemplo, (André) Breton no diría ‘Pintura surrealista’, sino ‘Surrealismo en pintura’. Yo hablo de Surrealismo en cine. El Surrealismo es psicología, filosofía, es una forma espiritual, pero no una estética… Fue compuesto como un elemento de diferentes artistas, pero en sí no existe”.
Esta ‘forma espiritual’ que menciona Svankmajer guarda mucha relación con los métodos que usan estos directores para abordar sus historias. La mayoría de sus trabajos están inspirados por cuentos infantiles pero enmarcados en un contexto social y político en particular, casi siempre alrededor de eventos relacionados al golpe militar, y con una perspectiva activamente curiosa que asemeja la inocencia imaginativa de la infancia, tanto en la elaboración de los relatos como en el diseño artístico de cada obra.
León y Cociña son, sin temor a equivocarme, las voces más influyentes del cine chileno actualmente. Los procesos de experimentación con el stop-motion, el marionetismo y la mezcla entre animación y live-action popularizados por el dúo, han inspirado una nueva ola de jóvenes animadores en Chile y Latinoamérica que siguen la escuela de autores míticos como los hermanos neoyorquinos Stephen y Timothy Quay, el director polaco Walerian Borowczyk o el ya mencionado Svankmajer.
Este auge del surrealismo como herramienta en las nuevas generaciones, o firmas cercanas provenientes de corrientes como el expresionismo, con un fuerte componente táctil en la composición de sus imágenes, está tomando protagonismo en las producciones de varias escuelas del país gracias al éxito nacional e internacional de trabajos como la aclamada “La casa lobo” o “Bestia”, el corto nominado al Premio Oscar dirigido por Hugo Covarrubias.
Estas aproximaciones poco convencionales al quehacer artístico van moldeando nuevas formas de producir obras, contar historias y pensar el arte en Chile. Nos ayudan a congeniar con el presente y a repensar el pasado con nuevas herramientas. Como dijo Joaquín Cociña al presentar la película en FIDOCS: “A veces todo parte de un buen chiste”. Ojalá sigan contando chistes por un largo tiempo.
“Los Hiperbóreos” se estrenó en la Quincena de realizadores de Cannes y se presentó en Chile en FICValdivia y FIDOCS. Disponible en salas nacionales desde el 28 de noviembre.