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23 noviembre 2024, 05:11 AM | Actualizado | Chile
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Tarkovski

Los tránsitos sonoros de Tarkovski

Texto colaborativo por Santiago del Valle y el Centro Arte Alameda.

La influencia de las películas de Andréi Tarkovski llega a ser difícil de abarcar, tanto en la industria cinematográfica como en el desarrollo de otras corrientes artísticas con las que dialogó en una filmografía llena de poesía, filosofía y también sonido. Con una selección de sus mejores obras ya en curso en el ciclo Director del Mes de agosto en el Centro Arte Alameda, quisimos llevar la atención a este último aspecto de Tarkovski: el uso de la música y ámbito sonoro.

Para ello, conversamos con Joaquín Montecinos Ortiz, compositor egresado de la Universidad de Chile y especializado en música electrónica, que ha trabajo en múltiples obras de teatro y danza, incluyendo la trilogía de Ricardo Curaqueo, “Malén” (2017), “Weichafe” (2018) y “Mollfun” (2022), con las cuales la compañía se presentó en la Plaza Roja de Moscú el año pasado, en el país de Tarkovski.

Stalker y el cruce del umbral

“Ver Stalker fue para mí una experiencia inolvidable”, comenta Joaquín, “es de las cosas que más me han impresionado y que más me han ayudado a reflexionar sobre el sonido y la música”. Sonido y música, conectados por su materia prima, presentan en su relación también desafíos técnicos, y una infinidad de decisiones entre la composición y la abstracción de la música, y la noción de realidad que aporta el sonido directo, las grabaciones de campo o el foley.

“Esos elementos pueden estar en una relación estrecha”, aseguró Joaquín, “esa separación que a veces existe entre lo real, entre cómo las cosas suenan, como las voces interactúan con el espacio y cómo los instrumentos se manifiestan”, añade. El aspecto sonoro acompaña también el paso del territorio real al mágico, de este mundo a la meditación. En “Stalker” (1979), el clímax de este cruce ocurre cuando sus protagonistas se adentran por las vías del tren hacia La Zona.

En este momento, descrito por el compositor Edward Artemiev (1996): “el correr de las ruedas suena natural y luego, por cada diez segundos, más sofisticado, más remoto, supernatural“. La reverberación es el primer elemento con que Artemiev logró aquel efecto. “Cuando tu escuchas la voz de alguien y estás cerca de esa voz, escuchas el sonido directo antes que la reverberación de ese sonido”, explica Montecinos: “Si estás más lejos de esa fuente sonora lo que escuchas es como rebota ese sonido”.

Trastocar esa relación espacial comienza a transportarnos a La Zona. Pero es solo el comienzo. “Los sonidos que ya hemos escuchado se van juntando, algunos van desapareciendo”, describe Joaquín, “otros se amplifican, comienzan a florecer, de objetos que vemos a lo lejos, el sonido del riel que nos va a acompañando como un ostinato se va abriendo, entra en un delay que lo cambia, que lo transforma en música”.

Entre otros elementos, para esta combinación sonora Edward Artemiev utilizó la grabación de un coro masculino traspuesta una octava más grave, mientras introducía sonidos ambientales. El compositor había colaborado por primera vez con Tarkovski en “Solaris” (1973) usando el sintetizador ruso ANS, el primero fotoelectrónico (con una interfaz visual) y luego “Stalker” (1979) con el EMS Synthi 100.

“Ese viaje también es el viaje hacia la Zona, el salir del umbral, este lugar que nuestros personajes se sacrifican para entrar, donde también al llegar vemos el color y dejamos atrás el sepia. Ese momento es, sonoramente, uno de los más fértiles que yo he visto en el cine”, concluye Montecinos, “surge una pieza musical fascinante de sonidos que recordamos, de sonidos que se expresan como son o como no son”. La lectura del compositor chileno hace eco en uno de los grandes temas que atraviesa la filmografía de Tarkovski, aquella realidad transformada. Así lo expresó también Edward Artemiev (1996): “El espectador debe sentir que algo cambia. La realidad cambia en sí misma; algo emerge como una nueva realidad”.

Un lenguaje cinematográfico poético que transita constantemente entre el realismo y un tipo de magia muy particular, que se aloja en la interioridad personal y en el paisaje que rodea a los personajes. Lograr aquello requería presentar el sonido sin la carga estructural de una composición musical propiamente tal.

Lo real expresado de forma artificial

La filmografía de Tarkovski podría inscribirse también en la historia del diseño sonoro en el cine. Es justamente a fines de los setenta que el diseño sonoro pasaría a convertirse en un rol propiamente tal en la producción cinematográfica, antes considerado un rol técnico de la industria. Todo ello, en paralelo con la llegada de nuevas estéticas en el mundo musical que terminan por configurar lo que hoy se entiende por arte sonoro, aquel que tiene como principal materialidad el sonido en sí mismo y la manipulación de éste.

El impacto del trabajo sonoro junto a Edward Artemiev en “Solaris” (1972),”El Espejo” (1975) y “Stalker” (1979) fue tan grande, que en las últimas películas de Tarkovski, producidas fuera de Rusia, no hubo compositores creando música propiamente tal, sino un innovador ingeniero en sonido: Owe Svensson, quien creó el diseño sonoro de la película a partir de la mezcla y los efectos de sonido.

Esta aproximación al sonido es uno de los factores que permite a Tarkovski entretejer el recuerdo, la narración y nuestra noción de realidad. En palabras de Montecinos: “los objetos suenan de una forma en la que no necesariamente es como suenan. Suenan quizás como las recordamos o cómo las contamos”. “Lo real está expresado a veces de forma artificial, está expresado de forma sintética”, concluye el compositor. Y esta fascinación por el poder de los sonidos queda más que clara en como el propio Tarkovski lo manifestó en su libro Esculpir en el Tiempo: “Los sonidos de este mundo son tan hermosos en sí mismos, que si solo pudiéramos escucharlos apropiadamente, el cine no necesitaría música“.

El Centro Arte Almeda se encuentra realizando un especial dedicado al legendario director soviético durante este mes. Las funciones se extienden hasta el 30 de agosto. Te invitamos a conocer más a través de sus redes sociales oficiales.

 

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