“Lúa Vermella” (2020): Subió la marea y se llevó nuestra sangre

La luna roja es un fenómeno astrológico que se produce cuando existe un eclipse de sol sobre la superficie de la luna, lo que significa que el planeta Tierra se sitúa entre el astro rey y nuestro satélite natural. Distintas fuerzas magnéticas son liberadas durante el tiempo que dura el fenómeno, lo que invariablemente causa algún trastorno climático en La Tierra.

En una costa de Galicia, el mar se llevó a un hombre apodado “Rubio” (Rubio de Camelle). Casi como una historia tragicómica, él mismo había sacado del océano a más de cuarenta personas. En una diversidad de parajes y colores donde el agua es el elemento natural dominante, se muestran a los deudos y amigos del difunto pensando en que el monstruo del mar se lo llevó, y le piden a la luna que les devuelva al Rubio y termine con la tragedia. Personas petrificadas con la mirada baja, como si el Rubio estuviera a sus pies o en el suelo estuviese la explicación y el consuelo del horror, crean una trágica fotografía perfecta. Sonidos agudos que viajan con el viento suenan a lo largo de los minutos, profundizando el pesar de la sensación de pérdida que se vislumbra en las personas. Y un día aparecen tres “brujas” (Ana Marra, Carmen Martínez, y Pilar Rodlos), nadie sabe de donde salieron, y cubrieron de mantos blancos a aquellos que estaban petrificados y sin luz, creando una tierra llena de fantasmas.

“Lúa vermella” (2020) —cuyo título se traduce como “Luna roja”— es el primer largometraje que dirige Lois Patiño. Hablada completamente en gallego, Patiño pone énfasis y, a la larga, su propio sello en los paisajes que gozan de una rica fotografía, donde predominan luces naturales con tenues pinceladas de una paleta de colores cuidadosamente pensada y aplicada, pero por sobre todo en el agua, la que va desde el mar hasta los ríos, calma y furiosa, a veces tan contenida y otras tan salvaje. Como perfecto complemento y completa armonía, la banda sonora enriquece esta experiencia visual a la que fuimos sutilmente invitados, donde destacan sonidos guturales provenientes del mar y desde cada rincón del bosque o las montañas. Todo, en su conjunto, envuelve a las personas que no hacen más que mirar al suelo como si estuviesen posando para la fotografía más triste de sus vidas, balbuceando el nombre del Rubio, y dejándose cubrir por mantos blancos provenientes de brujas desconocidas.

La película es una experiencia sensorial muy cautivadora, que sin mediar mayores diálogos ni argumento en general, sitúa al espectador en el medio de distintos lugares, rodeado de personas que, si bien lamentan una pérdida, son parte de este paisaje maravilloso en donde sigue existiendo vida, y una luna roja que no deja de ejercer su magnetismo en los parajes y elementos terrenales.

 

 

“Lúa vermella” (Lois Patiño, 2020) fue parte del 4º Festival Internacional de Cine de No Ficción Frontera Sur. Actualmente, el largometraje forma parte del catálogo de la plataforma de streaming Mubi.