“Siempre habrá un mañana” (2023): Esperanza desde la unión femenina
Siempre disfruto el inicio de las películas, la mayoría de las veces sienta los cimientos de la trama que se desarrollará en el filme. Algunas veces te sumerge lentamente en el sopor de la historia y, otras, la película te lanza de sopetón al centro y uno no puede más que quedarse ahí hasta el final. Este último ejemplo es el caso de la cinta “Siempre habrá un mañana” (2023), un relato que te sube y te baja, te sacude de principio a fin.
La cinta está situada en la Italia de 1946 y sigue la historia de Delia (Paola Cortellesi), una dueña de casa que debe hacerse cargo de la mantención del hogar, del cuidado de su suegro enfermo y de las finanzas de la familia realizando múltiples trabajos, presionada por su marido abusivo y la precaria sociedad de la posguerra.
Inspirada en los clásicos del cine italiano, como el neorrealismo y la Commedia all’italiana, la directora Paola Cortellesi nos presenta una película tan angustiosa que dan ganas de gritar, pero que permite generar una historia sumamente significativa de lucha y empoderamiento femenino. Para lograr esto, el uso de la tensión juega un gran papel en el filme, de manera que los espectadores estén en la punta de sus asientos durante muchos momentos, pero sabe incluir toques de comedia o surrealistas, que permiten que no se haga agobiante la historia.
Con escenas memorables que tocan temas profundamente dolorosos como lo es la violencia de género, esta propuesta ahonda en las dificultades de la época para las mujeres con sensibilidad y delicadeza, lo que permite que la batalla personal y común cale más profundo que el horror terrible de la realidad que nos muestra y que todavía nos toca.
En ese sentido, los personajes femeninos van armando de a pedacitos el mundo en el que vive la protagonista, como un cuadro completo de diferentes colores cruzado por algo más grande. Un espejo incómodo, como lo es su misma hija para Delia. Y esta incesante marejada de sucesos puntuales que se hacen cada vez más claros mientras más avanza la trama, terminan por convertirse en certezas que darán paso a la potente conclusión de esta película.
El desenlace hila finamente y amarra todo el trasfondo de la cinta, en uno de los sucesos históricos más importantes para las mujeres italianas, demostrando que, para la libertad propia, se necesita la liberación colectiva. Y en ese momento preciso, donde están todas juntas, es posible tener la esperanza para un mejor mañana.
A momentos cómica, lacerante e increíblemente inspiradora, “Siempre habrá un mañana” es la afirmación necesaria de que al ayudarnos y levantarnos juntas frente al sistema violento que nos rodea, las cosas pueden cambiar para mejor.
“Siempre habrá un mañana” de la directora Paola Cortellesi está disponible en salas de cine en Chile desde el 27 de junio y es distribuida por CDI Films.
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