Still Recording, mejor largometraje internacional de FICValdivia 2018

Still Recording, de Saeed Al Batal y Ghiath Ayoub, co-producción entre Siria, Líbano, Qatar, Francia y Alemania, se convirtió en el Mejor largometraje Internacional de la 25ª edición del Festival Internacional de Cine de Valdivia 2018. La cinta además fue ganadora de cinco premios en el pasado Festival Internacional de Cine de Venecia, con premio del Público y el de la crítica internacional FIPRESCI. La película muestra el conflicto de la guerra civil en Siria que ocurre desde el año 2011 registrado por Saeed, en la ciudad de Guta y por Milad en Damasco.

Un documental de guerra en el siglo XXI, es una de las características que podría encasillar a Still Recording, una película que registra, en un casual estilo cotidiano y casero, diversos contrastes del conflicto civil de Siria. Pero nos encontramos con elementos más profundos, donde la dimensión del presente se intensifica con grabaciones “en vivo” por sus propios protagonistas. Nos encontramos frente a la vida real, a la violencia, a la sangre y al horror de la guerra.

El film se realizó durante 4 años con el registro de ocho camarógrafos que se internaron en diferentes dimensiones del conflicto. Seguimientos a grupos rebeldes que se enfrentan arriesgando su vida cada día contra el régimen en Damasco, un grupo de jóvenes artistas, pintores y escultores que muestran el lado humano que parece olvidado entre las potentes imágenes que se cruzan en el abrupto camino de la muerte, presente en cada instante del film.

La ciudad es el campo de batalla, atardeceres y amaneceres eternos que pasan en un instante, como la propia vida, que nos hacen dar una pausa entre este clima que ahoga y agobia. Aquí, aparecen también otros personajes que hacen del conflicto un diálogo con su propia filosofía, como a un hombre que solo se levanta a hacer trotar en medio de las desoladas calles y escombros de las construcciones, donde “Morir haciendo deporte o por morir por deporte” es su batalla diaria.

Así, Still Recording, nos hace enfrentar la guerra desde lo íntimo y humano, desde la concepción que tenemos como habitantes del mundo, crear empatía y conocer esas realidades que parecen ajenas a nuestro mundo.  El poder de las imágenes acá es efectivo, directo y real. La muerte está presente desde la primera toma, hasta el última y larga secuencia final.