“Tetoterapia, el musical” (2020): Ni tan absurdo
Irina (Irina Gallardo, también conocida como “Irina, la loca”), una cholita con dones sanadores se dedica a la terapia alternativa para ayudar a las personas de dolores y problemas que les acongoja, junto a Priscilla (Priscilla Sierralta), quien vive violencia con su pareja, escapan de sus tierras andinas para migrar a Santiago, confiando en que podrán vivir gracias al maravilloso poder de sus tetas capaces de sanar quien lo necesite, sin saber que se toparan al retorcido negocio empresarial de los laboratorios farmacéuticos, quienes harán lo imposible por acabar con la competencia. Una fábula que entrelaza amoríos y éxitos en la ciudad junto a la violencia por parte de una entidad codiciosa, sin ética ni moral, que está dispuesta a todo con tal de mantener su lugar en el mercado farmacéutico. Una realidad ficcionada que quizás pueda parecer absurda, pero que sin dudas no lo es.
“Tetoterapia, el musical” (2020), largometraje chileno dirigido por Alejandra Gómez y Jorge Panchana y musicalizado por la irreverente banda “Elefante gonorrea”, es una comedia negra clase B que desde la crítica reconoce lo perverso de una industria que con sus malas prácticas prefiere a la población enferma y devastada para sacar provecho, apuntando a la ambición de poder económico que afecta a toda una comunidad directa e indirectamente. La película explora y explota lo violento de un sistema empresarial, y si bien, lo lleva al límite, no deja de ser un mensaje que nos obliga a pensar sobre lo corrupto que puede resultar el mercado y repensar el estilo de vida que decidimos llevar.
El largometraje de 72 minutos construye bajo la estética punk, la odisea de Irina y Priscilla que empieza mal desde un principio, pero que se apacigua gracias al cariño y resistencia que ambas oponen ante la desgracia. La felicidad y el amor que se contrapone con el malhumor y la diabólica personalidad de “La psikiatra” (Alejandra Gómez), queda definido en cada ritmo y tono musical que interpreta cada personaje, que nos permite conocerles más íntimamente sus deseos y evidenciar sus solidas personalidades que nunca seden, una lucha interminable que no transa. Así, los personajes solo se desarrollan con sus personalidades, no se metamorfosean.
La película es en sí interesante, y no solo por el talentoso elenco experimentado en performance que cuenta con “Irina, la loca”, performista under que parodia en sus intervenciones la cara repugnante de la sociedad; “La diva”, una mujer obsesionada por el consumo de pastillas, interpretada por Hija de Perra, reconocida transformista trash punk que golpea duro al sistema con sus desvergonzadas intervenciones; y “La Casera” con la actuación Maggie Lay, talentosa vedette que dota de toda sensualidad y carisma ciertas escenas de la película. Sino que, además, es interesante por ser una comedia chilena, que, asumiendo los riesgos de ser un musical pudo sobrepasar toda expectativa por su estética rupturista que se interna en los barrios bajos de chile, algo que totalmente logra el cine clase B chileno.
“Tetoterapia, el musical” (Alejandra Gómez y Jorge Panchana, 2020) está disponible en OndaMedia.