Una linda mañana (2022): Vivir esperando
Nadie captura la experiencia de estallar en llanto como Mia Hansen-Løve. Pero no un llanto cualquiera, sino el preciso momento en que las emociones se desbordan, sobrecogiéndonos por sorpresa mientras vamos en la micro, caminando por la calle o lavando los platos. Son lágrimas silenciosas pero viscerales; lágrimas que sólo ven la luz en la soledad del día a día.
“A veces es difícil… vivir” le dice Jacqueline su nieta a Sandra (Léa Seydoux) al inicio de “Una linda mañana” (2022). Sandra es traductora, madre soltera y viuda. Su padre Georg, profesor y filósofo retirado, padece de síndrome de Benson, enfermedad neurodegenerativa que lo ha despojado de su autonomía y lucidez. Mientras lidian con el complejo proceso de internarlo en un hogar para ancianos, Sandra se reencuentra con su antiguo amigo Clément, hombre casado con el cual inicia un amorío.
El octavo largometraje de Mia Hansen-Løve se inserta en la cotidianidad de una familia que se expande y se achica en la medida que Georg va desapareciendo de sus vidas, gatillando reflexiones en torno a la memoria, el envejecimiento, el legado, la futilidad de la vida y el deseo de empaparse de otra persona. Entre la crianza de su hija, el cuidado de su padre y el florecimiento de este nuevo amor, Sandra se esfuerza por mantener la compostura, aunque a veces la pena se le rebalsa del cuerpo y emerge sin previo aviso a modo de sollozos contenidos.
Con una estructura narrativa similar a la de su magistral película “Things to come” (2016), y quizás ligeramente menos efectiva en abarcar la complejidad interna de la mujer intelectual parisina contemporánea (aunque no por ello un retrato menos conmovedor), la más reciente propuesta de Mia Hansen-Løve se sostiene en el recorrido rutinario de su ciudad natal, develando pequeñas maravillas en cada recoveco, diálogo y desencuentro.
Optando una vez más por distanciarse de los códigos del melodrama, la directora no emite un juicio moral sobre los personajes y sus ocurrencias. Lo que parece buscar es un sentido al acto mismo de esperar, al tránsito físico y metafórico en un mundo consumido por la burocracia y la apatía.
Con su estética realista, encanto consuetudinario y tramas sosegadas, resulta inevitable vincular a la directora con el prolífico cineasta de la Nueva Ola Francesa Éric Rohmer. Incluso comparten intérpretes: Melvin Poupaud, quien hace de Clément, es también el protagonista de “Cuento de verano” (1996) en la saga estacional del director francés. Sin embargo, con obras como “Edén” (2014) y “Bergman Island” (2021), Hansen-Løve se ha consolidado como una directora profundamente existencialista, con una estética propia e identidad autoral autónoma.
Como una larga bitácora de la soledad, “Una linda mañana” posee la franqueza e introspección propia de la filmografía de la cineasta, tomando la vida misma como fuente de inspiración y catalizadora de relatos que habitamos diariamente.