Women Talking (2022): Cuando Ellas hablan

Una mujer abre los ojos. Vestida de camisón largo, está recostada en medio de una habitación de paredes y sábanas blancas. Se endereza con esfuerzo y observa. En sus piernas hay moretones y manchas de sangre. “Madre, otra vez”, dice sin emoción mientras abraza a una señora de edad. En segundos, esa imagen despierta un horror en el pecho que sólo pesará más con el avance de la película y que, para las mujeres, no desaparecerá realmente.

Ellas hablan (2022) dirigida por Sarah Polley, cuenta la historia de un grupo de mujeres menonitas que se reúne a decidir sobre su futuro, tras descubrir que los hombres de su colonia religiosa las drogaron y violaron durante años, tiempo donde les hicieron creer que imaginaban los ataques.

Lo que parece ser una realidad lejana para la mayoría de las personas, poco a poco se va inmiscuyendo en nuestra piel como una verdad que nos faltaba poner en palabras. La narración -en la voz de una niña que perdió su inocencia muy pronto- acerca de forma muy efectiva a lo ajeno, deambulando introspectivamente en situaciones muy crudas, pero a la vez tan reales que la historia se vuelve profundamente personal. Y a la mitad de la cinta, tras ver tantas habitaciones blancas salpicadas de rojo, aparece la angustia en la boca del estómago, la náusea inevitable de reconocer esos relatos que tantas de nosotras hemos vivido o escuchado.

La dolorosa cercanía de esta trama es en gran parte producto de los personajes presentes en la cinta. Las actrices logran potentes interpretaciones que dan la humanidad necesaria a cada una de las protagonistas. Hay una variedad de relatos y personalidades que aportan a presentar la problemática de la violencia de género en un nivel muy complejo y, sobre todo, de forma creíble. La sutileza en cada una de las acciones mueve a los espectadores en vaivenes, desde la desesperación, al profundo horror, a las risas e inocencia de las más jóvenes, y a la inquebrantable esperanza de algunas de ellas. Cada mujer cumple un rol muy importante para ahondar en múltiples perspectivas, generando una empatía que permite explorar en aquellos puntos de vista que nos pueden parecer extraños o incluso errados. A través de las conversaciones, las sensibilidades y la rabia que explota, nos parece que conocemos un poco más de la realidad de aquellas que han enfrentado la más oscuras de las violencias.

Esta película representa mucho más de lo que la reseña intenta explicar. Es un grito ahogado intentando escapar. Habla sobre la desesperación de verte prisionera en un ambiente de violencia, ante el abandono de las personas que deberían ayudarte. Habla de la violencia de un sistema que privilegia a los hombres, los perdona y los avala para que sigan vulnerando a las mujeres de su entorno. Habla de la revictimización que implica no poder decir nada, la impotencia de no acceder a la justicia. Y habla de la fortaleza de las mujeres ante el porvenir más sórdido imaginable, decidiendo por y para ellas mismas, poniéndose de pie una vez más para dejar atrás todas esas sábanas que gotean de sangre.

Dolorosa, emocionante y también esperanzadora, la cinta pone en relieve la reflexión colectiva como una herramienta fundamental para cuestionarse lo establecido. Propone la conversación y el intercambio de experiencias como pasos necesarios para romper muros, antes invisibilizados y respaldados por el silencio, recordándonos que, para la búsqueda de liberación y justicia, debemos mantenernos unidas.

Ellas hablan (2022) se encuentra disponible en salas de cine y compite en 2 categorías de los premios Oscar, incluyendo Mejor Película.