20/08/2021

“Zoila” (2021): Una mirada privilegiada

El documental chileno-español dirigido por la cineasta Gabriela Pena tuvo su estreno este jueves en la Competencia de Cine Chileno en el 17° Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC). La ópera prima que demoró más de 6 años en su producción narra en primera persona y en voz en off desde la propia realizadora su relación con su “nana”, apelativo con el que presenta a Zoila, mujer de origen mapuche que trabajó como empleada doméstica durante su infancia en Chile y España.

A través de registros caseros acompañadas de entrevistas a su madre y a su padre, el largometraje se desarrolla como un viaje de autodescubrimiento de Gabriela, una mirada de una relación inconsciente de una niña criada en el privilegio de tener a una cuidadora día y noche que se convierte en una persona fundamental en su vida a través de la crianza y el delicado límite de la maternidad. La propia Madre se cuestiona su rol, entre celos y envidia hacía la mujer que jugó y conoció mucho más a sus hijas que ella misma. Algo que en la sociedad de clase suele ocurrir y que no es algo lejano. Solo es sorprendente a los ojos de quien da el sueldo. La pregunta es, ¿qué hubiese pasado si no hubieran existido esos registros de videos y fotografías? ¿Zoila seguiría siendo la protagonista de la historia con el nombre homónimo de la obra?

Sabemos que no todas las familias tuvieron el acceso al registro audiovisual de su pasado; la handycam no era lo accesible a lo que es hoy el móvil con el que se puede registrar el nacimiento de nuestros hijos y las experiencias como padres. Y este no es el caso, el registro es variado y contundente. Marca una arista en el punto de vista. Es casi como sentarte a ver los recuerdos de una familia donde el padre ni siquiera recuerda algún momento con Zoila, la “nana”. Una desconocida.

Cuando uno se traslada de un lugar a otro nace la reflexión, y es lo que sacude el relato y su protagonista que viaja también a encontrar su pasado que dejó atrás, a sus raíces que hoy en día son protagonistas de miles de historias que antes se silenciaron. El documental reflexivo y capaz de seducir a una audiencia contemplativa con una mirada tierna al trabajo doméstico, todo lo contrario a esas cintas que evocan el sufrimiento o al humor negro de la propia vida, es un pequeño despertar, donde a veces la misma protagonista no parece ser Zoila, si no Gabriela y su amor a quien la crió.