“Anatomía de una caída” (2023): ¿Culpable o inocente?
La figura de la mujer asesina en la pantalla grande casi siempre ha sido un acierto tanto para la trama como para la audiencia. Películas como “Atracción fatal” (1987) del director Adrian Lyne, con la seductora y psicópata Alex (Gleen Close) y Dan Gallagher, interpretado por Michael Douglas como protagonistas, llegaron a atemorizar al público con los temas que abordaba el film: Infidelidad, invasión a la privacidad y la mujer que mata. Por supuesto, que en esos años la sociedad mantenía cierta cautela para hablar de temas que podían quebrar lo que sería, en ese entonces, una familia constituida. Y de ahí su impacto.
Otro ejemplo lo encontramos en “La mano que mece la cuna” (1992), dirigida por Curtis Hanson que muestra a una mujer que se hace pasar por una niñera para destruir una familia y así, ella quedarse con su bebé. Incluso obras dramáticas exitosas como Medea, del escritor Eurípides, sobre una mujer que decide matar a sus hijos para vengarse de su esposo, luego de que esta se entera de su segundo matrimonio.
“Anatomía de una caída” (2023), con la dirección de Justine Triet, es suspenso y oscuridad, con una protagonista que guarda un dolor. La cinta genera una atmósfera que te mantendrá en vértigo hasta el final, incluso llegando a los créditos con una pregunta: ¿Culpable o inocente?
Sandra Voyter (Sandra Huller) es una escritora y traductora alemana que vive con su esposo Samuel Maleski (Vincent Renzi), también escritor, y su hijo Daniel Maleski (Milo Machado-Graner) en un chalet en los Alpes de Francia. Cuando Daniel está de vuelta en su paseo junto a su perro guía Snoop, el niño encuentra muerto a su padre debajo de la ventana de su azotea. Daniel llama a su madre y rápidamente la mujer acude a la policía. La escena parece apuntar a que Sandra es la principal y única sospechosa de la muerte de su esposo. La mujer, con la ayuda de su abogado y amigo cercano deberá demostrar que es inocente.
“Anatomía de una caída”, además de ser un drama judicial, habla directamente de los matrimonios fallidos. La complejidad de las relaciones y lo humano que es equivocarse. El morbo de desmenuzar cada momento de un matrimonio dentro de un juicio. De invadir la escena de un crimen que a su vez es un hogar donde viven mortales.
Esta película tiene tres puntos increíblemente desarrollados en su guion y en sus personajes:
En primer lugar, tenemos la investigación de un crimen de principio a fin. Como el título lo dice: “Anatomía de una caída” es el seguimiento de un cadáver que llegó al suelo. Es el motor de arranque de la trama. Los peritos miden el espacio donde ocurrió el dudoso accidente. Recrean la escena constantemente. Hablan los expertos, los médicos. Todo parece perfectamente estudiado y profesional.
Nos ponemos en el lado de la protagonista por un momento y asumimos que Samuel se tiró desde la azotea por su depresión frente a la vida, frustración por su carrera y la culpa que cargaba por el accidente de su hijo, donde perdió la visión cuando tenía cuatro años. Pero también pensamos que ella posiblemente pudo haberlo hecho, porque ya se le hacía imposible convivir con un sujeto pusilánime. Ella ya no lo deseaba, sentía un resentimiento hacia él por el accidente de su hijo y con una sola discusión terminó empujándolo.
Pero luego, si ella es culpable o inocente deja de ser importante porque poco a poco nos vamos sumergiendo en su matrimonio y en la oscuridad donde estaba habitando la pareja y allí se queda el foco: “A veces las parejas son una especie de caos y todos están perdidos”, cuenta Sandra en el juicio.
Dentro de la historia también aparecen los relatos de celos y la competencia que ambos se tenían por sus carreras. Ella, una mujer con carácter que no le costaba mucho escribir una historia y convertirla en un best seller. Él, un hombre que apenas podía anotar ideas. Ella veía esas ideas y las convertía en historias, él le recriminaba y la trataba de plagiadora. Los recuerdos de amor se mezclan amargamente en el diálogo y es porque existió el amor por mucho tiempo antes de la tragedia. Pero volvemos al presente y con todo lo dicho, Sandra una vez más se da cuenta que su matrimonio ya no podía seguir vivo.
Y por último el amor grande de un hijo. A pesar de la compleja posición de Daniel frente a todos los sucesos: de muerte, juicio, verdades y un veredicto; él toma la decisión de salvar a su madre. Haya existido o no aquella conversación que tuvo Samuel y el niño en el auto, donde él pensaba en el suicidio. Porque pudo haber sido un invento, pudo haber pasado cualquier cosa.
Su guion, la actuación magistral de la actriz Sandra Huller, junto al actor Milo Machado-Graner y la delicadeza de Justine Triest por plantear esta historia me parece a mi juicio, una historia tremendamente original y necesaria, tanto así que la muerte es una sombra más de aquel lugar que en algún momento fue un tormento.
“Anatomía de una caída” (2023) de Justine Triet está disponible en salas de cine y compite en los Premios Oscar en cinco categorías, incluyendo Mejor Película.