Tres golazos audiovisuales en torno al fútbol

En un semestre marcado por los partidos de la Copa América 2021 y el Campeonato Europeo de la UEFA, resulta imposible no contagiarse del espíritu futbolero que hay en el ambiente. Es por eso que en Bitácora de Cine —y con el apoyo de Eyelet Media— les presentamos tres largometrajes que, de una u otra manera, funcionan como una carta de amor al balompié.

“Los Colores de la Montaña” (Carlos César Arbeláez, Colombia y Panamá, 2010)

Con tan sólo 9 años, Manuel (Hernán Mauricio Ocampo) tiene claro lo que quiere ser en la vida: un gran arquero. Luego de que Ernesto (Hernán Méndez), su padre, le regala una pelota de fútbol nueva, este sueño se ve cada vez más posible. Sin embargo, entre juego y juego, la pelota cae en un campo minado… y Manuel no se rendirá hasta encontrar el objeto de su pasión. En medio de aventuras, juegos infantiles, y conflictos armados entre guerrillas, “Los Colores de la Montaña” comienza desarrollándose como una lúdica película familiar latinoamericana pero que, a medida que el conflicto niño-pelota se desarrolla ante los ojos del espectador, la trama lentamente evoluciona hacia un tono más duro y lúgubre, dadas las injusticias territoriales que entran en tensión con los anhelos del infante protagonista. ¿Podrá Manuel lograr su sueño en medio de una guerrilla?

 

“El 5 de Talleres” (Adrián Biniez, Argentina, Uruguay, Alemania, Países Bajos y Francia, 2014)

La escena inicial de este largometraje comienza en los camarines de un estadio y termina con los cánticos de la hinchada; más que estar cómodo en una butaca o un sillón, esta película quiere que te sientas como en la galería. El protagonista de esta historia es Patón Bonassiolle (Esteban Lamothe), capitán y mediocampista del Club Atlético Talleres que, tras una vida sin lograr mayor fama o fortuna como futbolista, decide retirarse a sus 35 años. Escrita y dirigida por el cineasta —y cantante de rock— argentino Adrián Biniez, “El 5 de Talleres” es, simplemente, una historia sobre la pasión, la ambición y el desencanto. Ya sea por medio del (des)amor hacia Ale (Julieta Zylberberg), su pareja, o el constante conflicto con las canchas, Patón es desarrollado como un personaje que comienza a cuestionar toda la estabilidad que lo rodea, con el fin de cuestionarse su propia estabilidad emocional. Si bien esta película tiene diversas claves estéticas que mantendrán atrapados a los fanáticos del fútbol, quienes se sientan ajenos a este deporte se encontrarán con un sensible —y a momentos bastante gracioso— drama de pareja.

 

“Diamantino” (Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt, Portugal, Francia y Brasil, 2018)

Esta historia hace homenaje a una de las religiones más importantes del mundo: el fútbol; los estadios como iglesias, los fanáticos como creyentes acérrimos y los jugadores como dioses a venerar. Este largometraje se enfoca en el ídolo máximo: Diamantino (Carloto Cotta), un jugador que tiene el don de ser una máquina del fútbol… hasta que pierde su encanto. Obviamente, “Diamantino” es mucho más que eso; es de esas películas que lo tienen todo. Sin entrar en mayores detalles, mencionaré algunos de los elementos que encontrarás en esta sátira portuguesa: un partido de fútbol contra perros gigantes, un par de gemelas malvadas, planes de clonación, una constante crítica al star-system, personas que se hacen pasar por otras, cuestionamientos al patriotismo que se desprende del amor al equipo de tu país, una dirección de fotografía cargada al neón y los tonos pasteles y, simplemente, uno de los guiones cómicos más impredecibles del último tiempo. No por nada este largometraje se llevó el Gran Premio de la 57ª edición del Festival de Cannes. ¿Mencioné que comienza con un partido de Chile contra Portugal?