Ingrid Isensee: “El arte es algo muy íntimo, por lo que mi trabajo siempre tiene que ver con relaciones de cariño”
- La actriz y directora chilena fue parte del jurado de la Competencia Cortometraje Internacional de la 12º edición del Festival Internacional de Cine de Antofagasta, Antofacine.
Ingrid Isensee, actriz, dramaturga, directora y diseñadora, data sus comienzos en la actuación a una temprana edad, asombraba con la maquinaria y funcionamiento de los fílmicos, agregándole su gran gusto por el cine, inicia con representaciones de pequeños spots publicitarios, los que fueron formando los cimientos de lo que sería su multidisciplinaria y amplia carrera.
Sin una linealidad en sus profesiones, Ingrid estudió diseño industrial, ejerciendo comenzó a tomar talleres de actuación y sacando a la luz ese pasado actoral para llevarlo devuelta a su vida, donde sin complejidad se mantiene. Generando un gusto por el cine que nace en la niñez por las grandes obras proyectadas en la pantalla pequeña, logró encaminarse en el séptimo arte de manera intuitiva.
La carrera actoral de Isensee es reconocida por sus papeles en películas como “La Voz en Off” (2014), del director Cristian Jimenez, o “El bosque de Karadima” (2015), de Matias Lira, entre otras obras. Fluctuando en distintos proyectos y generando contenidos en varias disciplinas, con una especial motivación a trabajar en conjunto con gente que la inspire y motive, gracias a su especial personalidad intuitiva, se interesó en el otro lado de la actuación, entrando en la dirección y dramaturgia, creando proyectos muy íntimos y especiales, tanto para ella como para las audiencias.
Su larga y completa trayectoria le ha permitido ser parte del jurado de varios festivales nacionales, estando recientemente a cargo de la deliberación de la Competencia Cortometraje Internacional de la duodécima edición de Antofacine. En la categoría se premiaron las obras “Prólogo de un Cuento” (2023), de Ashley Salman, y “Memoir of a Veering Storm” (2023), de la directora Sofia Georgovasili, siendo esta última la ganadora del Premio del Jurado Juvenil de la categoría.
Conversamos en profundidad con Ingrid Isensee en el marco del 12º Antofacine, en donde nos contó detalles sobre su carrera y su apreciación de la reciente edición del certamen antofagastino.
– Desde la actuación en teatro, TV y cine y ahora en la dirección, ¿Cómo comienza tu carrera en este mundo artístico?
“Mira, para mí eso no es tan lineal como para llamarlo “carrera”, es muy ajeno a mí, en general en mi vida siempre he saltado de una cosa a otra y al mismo tiempo siempre hago todo en paralelo. Mi trabajo es mucho más intuitivo y sobre intereses que van apareciendo en el momento, me cuesta encasillarme, por lo que decir que tengo una carrera en la dirección, me suena a que esa no soy yo, no me halló con un rótulo tan profesional”.
– ¿Dónde fueron tus inicios y por qué?
“Mis comienzos fueron de pequeña, siempre amé el cine, veía muchas películas y mucha tele, donde daban buen cine, recuerdo haber visto “Estallido Mortal”, cuando era niña en la televisión abierta. Así nace mi gusto por el cine, nunca me lo tomé como algo que podía existir en mí, de hecho ni siquiera existía la carrera cuando yo estudié, entonces me fui dedicando de a poco”.
“Empecé a trabajar haciendo comerciales cuando era chica, y era un espacio donde me sentía muy cómoda. Antes los comerciales se grababan en fílmico, por lo que la maquinaria era un mundo maravilloso para mí. Pero cuando salí del colegio, estudié diseño industrial y trabaje en eso, pero me di cuenta de que no era mi lugar y así comencé a tomar unos talleres y me dediqué a actuar. Luego me interesó el otro lado, la dirección, como que una cosa me llevó a la otra y así como hice una obra de teatro, después un corto y así, en el fondo se me ocurren los proyectos, o ideas de investigar algo e intento adecuarlo al formato”.
“Con la actuación ha sido un poco distinto, ya que a uno lo llaman para los proyectos, por lo que claro sigo siempre en eso y soy locutora, por lo que vivo igual de mi voz, pero mis otros proyectos siempre han sido más personales, deseos, ideas y las ganas de contar algo y de involucrarte con otras personas, me pasa que conozco gente creativa y talentosa y así nacen mis proyectos, la creatividad de las personas me parece super estimulante, por lo que así me he ido moviendo”.
– En esta ocasión me gustaría que pudiéramos abordar más la dirección y cómo fue tu camino hasta el presente tiempo, cómo fue comenzar en la dirección, tanto de teatro y de cine, cómo llegaste ahí y por qué?
“El cine y el teatro se han convertido en espacios de mucha estimulación para mí, porque no solamente estoy viendo la pieza, siempre se me están ocurriendo cosas de cómo se podría hacer desde otro ángulo o encontrando inspiración. Me abren un espacio como de circulación, que se conecta entre la película y yo, que es algo que ocurre solo ahí, es como íntimo, por lo que esas ganas de poder hacerlo yo siempre estuvo muy presente”.
“Bueno, en el teatro particularmente comencé por una idea de un amigo muy cercano, Pablo Paredes. Su papá tenía el pelo largo, igual que el mío, entonces Pablo me dijo: “Tu papá tiene el pelo largo y el mío también y los dos se lo dejaron crecer cuando eran viejos, ¿hagamos una obra?” Yo le dije obvio”.
“Pablo es dramaturgo y en ese entonces éramos los dos muy fans de nuestros padres, muy admiradores de ellos y no solo de sus cabezas, si no de sus cuerpos y expresiones. Así fue como nació “El cuerpo de mi padre”, una obra hermosa que tuvimos la oportunidad de hacer, convirtiéndose en una obra irrepetible porque solamente la podíamos hacer nosotros cuatro. Posteriormente el padre de Pablo falleció y quedó como algo para nosotros, una de las experiencias más bonitas que hemos vivido”.
– ¿Tienes algún referente dentro de la dirección y actuación? ¿Alguna persona o personaje que te haya motivado o inspirado para seguir estas carreras profesionales?
“En el cine, la primera película en la que vi algo distinto fue en una de Jean Luc Godard, la cual no recuerdo el nombre, en mi primer año de universidad. Con el paso el tiempo me empezaron a interesar otros directores, pero cuando conocí a Agnès Varda fue un estímulo máximo, rupturista, es una feminista en todo sentido de la palabra, proponiendo y rompiendo estructuras que no tienen nada que ver con el patriarcado, libres que tienen que ver con la colaboración. También la veo como una guía para envejecer, su camino siempre fue hacia la iluminación y hacia la generosidad, hacia la dulzura, y la ternura para mí es algo muy importante en la vida, debería ser algo político, vivir tiernamente”.
“En la actuación, sobre todo acá en Chile, para mí la Aline Kuppenheim. Me pasa en el cine, que no me gusta ver como los actores se esfuerzan por sentir emociones, me gusta ver un ser humano viviendo una situación y creo que Aline, para mí es mi máximo referente, la admiro mucho, me ha tocado trabajar con ella y ha sido super emocionante. Me gusta ver cuerpos reales encarnando personajes, un brazo de una señora de su edad, no personajes ficticios”.
“Creo que en Chile hay super buenos actores y actrices, pero un problema que veo en la actuación en el país podría ser que no hay suficiente comprensión de los distintos estilos, muchas veces no se comunica bien cuál es la estética de actuación de la película, entonces los actores a veces se enfrentan a proyectos bastantes perdidos, o haciendo lo que ellos creen que hay que hacer y bueno, en televisión es donde más se puede ver, nadie los corrige, nadie les dice nada, por lo que los actores se salvan solos”.
– ¿Cómo ha sido para ti tomar el rol de directora luego de tantos años trabajando de actriz? Te toca ver a los actores y actrices en tus obras (cine y/o teatro) desde esta nueva perspectiva…
“No tengo mucha experiencia en eso la verdad, porque en ficción he dirigido solamente un corto y fue super buena la experiencia, ya que en el fondo uno sabe cómo se hace, es super sencillo acompañar a los compañeros”.
“Yo principalmente he trabajado con no actores, que es otra cosa, porque si tú quieres lograr algo muy específico y concreto tienes que conocer muy bien a la persona y ver cómo funciona, depende de lo que quieres lograr y cómo sea esa persona es el método que vas a usar para esa situación en particular, les explicas el sub texto, ya que es algo que los actores tienen que hacer, es parte de su trabajo, pero los no actores no entienden eso”.
“A mí me gusta mucho trabajar con no actores, ya que son caras y expresiones que los actores no tienen, estas personas te entregan una energía y una particularidad que no hay en otro lado, los actores en cambio pueden mutar. No existe esa especie de vanidad en relación con la cámara, ya que no hay mucha relación ni conocimiento, te da algo que los actores no siempre pueden, ya que ellos están conscientes de lo que está pasando, de donde está la cámara, las luces y micrófonos, los no actores no están en ese lugar, entonces te entregan algo diferente y único”.
– Dentro de tu historia podemos encontrar el programa “En rodaje”, programa sobre la industria chilena del cine donde compartías la vida del backstage. Enfocándonos en el argumento del programa, ¿cómo ves la industria del cine hoy en día en el país? ¿Cómo ves el panorama de la creación en estos tiempos en comparación con esos años?
“Mira, ese programa nació como un juego, yo soy admiradora de Ignacio Agüero y vi hace muchos años atrás “Como me da la gana” (1985) y me encantó. Como te dije, desde niña que soy amante del cine y la parte del making of, ya que el cine es una cosa tan técnica, en la actuación por ejemplo, también se genera esta coreografía que se sigue en conjunto con todo el equipo de creación, esa magia a mí me parecía hermosa, entonces vi esa película y pensé que podríamos hacer algo parecido, así empezó ese programa, un poco jugar con las preguntas que él hacía y generar este homenaje”.
“Yo veía que la gente no iba a ver las películas chilenas al cine, pensaba en una forma de estimular a la gente que vea como funciona una película por dentro, cómo se financian, qué es lo que hacen los diferentes equipos, que vean quienes son los que están detrás de una película en Chile, no las mega producciones”.
“Decir industria de cine nunca me ha gustado, ya me sorprende que tengamos una “Academia”, pero es como una cosa tan ajena al país, aquí es todo tan pequeño, tan difícil, entiendo que hay gente que trabaja y todo, por lo que claro que es una industria, pero creo que es más audiovisual que de cine, ya que es una cosa muy a pulso todavía y me parece que esa es la característica de nuestro cine”.
“Pero también creo que esa característica es algo que me gusta mucho, el cine más pequeño tiene ese modo de producción que se liga de manera muy real a la película en sí misma, creando un lenguaje muy único, además como te decía, yo soy muy fan de Agnès Varda, lo digo porque me interesan las películas que tienen que ver con su forma de producción, que sean coherentes a sus historias. Creo que todavía no logramos tener un cine comercial de buena calidad, sería ideal que lo tuviéramos porque ayudaría a tener más audiencia, y esa audiencia genera la idea en la gente que mueve los presupuestos de entender que es algo que se recupera”.
– Este año estuviste presente en la duodécima edición de Antofa Cine como jurado de la Competencia Cortometraje Internacional, ¿Cómo fue para ti esa oportunidad? ¿Habías participado antes en alguna instancia así?
“Es la tercera vez que me tocó estar en Antofa Cine, la primera vez lo hice mostrando “La Voz en Off” (2014) y en 2019 volví como jurado de la Competencia de Largometraje Internacional. Me encanta la verdad, me gusta ser jurado e ir a festivales en general, es un espacio súper estimulante en donde uno puede estar encerrado en el cine sin parar. Vi cosas muy interesantes en el Festival, tuve la suerte de ver mucho material de la sección “Nuevos Formatos”. Hay pocos festivales que tienen esta competencia, que me parece buenísima, con una muy buena línea curatorial“, aseguró.
Actualmente, Ingrid se encuentra en la última etapa de su primer largometraje, “Felicia y Yo”, una íntima película la cual, si todo va bien, se estrenará este año. Además, sin dejar de lado la actuación, estará presentando la gran obra “El vuelo de Laura” por Daniela Lillo y Lilian García, trabajando en conjunto con los actores, Liliana García Sosa, Shlomit Baytelman y Agustín Moya.
La obra se centra en los juicios que le hicieron a los violadores de derechos humanos de la operación cóndor en Italia, logrando meter a la cárcel a estos asesinos. Cuenta la historia de una mujer que descubre que sus padres que la criaron no son lo que dicen ser. Una especie de thriller que se inspira en muchos casos reales.
“El vuelo de Laura” será expuesta el sábado 9 de marzo de manera gratuita en la Municipalidad de Ñuñoa y en abril comenzará su gira por Buenos Aires y Montevideo.
Pingback: Antofacine premió a las obras ganadoras de su 12º edición - BITÁCORA DE CINE