Joy Ride (2023): Saber de dónde vienes para saber quién eres
Cuando las cartas sobre la mesa para un nuevo estreno son Adele Lim como directora (opera prima) y un elenco liderado por Ashley Park (Emily in Paris), Stephanie Hsu (Everything everywhere all at once), Sherry Cola y Sabrina Wu, nos encontramos con una propuesta clara y definida. Con un firme identidad asiática-americana que permite establecer paralelos culturales y narrativos con producciones como la arrolladoramente exitosa “Everything Everywhere All At Once” (2022), enseñándonos cómo el éxito de una película puede abrir caminos para el desarrollo de historias que beban de la misma vertiente o que contribuya a profundizar los mismos canales de representatividad. El matiz, por supuesto, se encuentra en el nombre de Seth Rogen presente en la producción, permitiéndonos suponer la naturaleza de raunch-com de la historia con la que nos vamos a encontrar.
Y si la producción de esta película traza las primeras líneas de un statement cultural, la historia les da forma y las colorea, con dos co-protagonistas, Audrey (Ashley Park) y Lolo (Sherry Cola), mejores amigas de toda la vida unidas por sus raíces asiáticas habiendo crecido en un barrio predominantemente blanco, siendo la primera de estas, adoptada por una familia estadounidense y criada bajo costumbres y hábitos caricaturescamente occidentales y americanos. Es ella quien, dentro de su exitoso y exigente trabajo como abogada, es enviada a Beijing a cerrar un importante negocio, situación que ella considera ideal para, por fin, conocer a su madre biológica y profundizar la relación con sus rutas de origen. Es en este viaje donde se unen no solo su bizarra, eléctrica e impulsiva amiga Lolo para ayudarla con su poco conocimiento de Mandarín, sino también su antigua amiga Kat (Stephanie Hsu) y la prima de Lolo, carente de toda habilidad social Dead-eye, completando la balanceada y efectiva formación estelar que se encuentra al servicio de la comedia.
Como es de esperarse, el viaje en los primeros 75 minutos de película es un frenesí de escatología y desenfreno que no solo nos hace imaginar la razón de la parcialidad de Joe Rogen por la historia, sino que también nos recuerda a grandes comedias con ensambles exclusivamente femeninos como “Bridesmaids”, “Mean Girls”, “Pitch Perfect”, con el acento puesto en una gloriosa vulgaridad, frenética, ágil y confrontacional a la hora de ubicarse en la historia.
El guión de Cherry Chevapravatdumrong intenta noblemente teñir la historia de matices emotivos a partir de la búsqueda por la identidad a partir de la cultura. Un matiz quizás tan alejado en tono y ritmo del resto de la película que no logra construir una relación sólida con el espectador pero que dota a la historia de una relativa profundidad positiva y meritoria. “Si no sabes de dónde vienes, cómo puedes saber quién eres”, le escupe un importante empresario chino a Audrey en su primer encuentro al percibir su poco apego por su cultura de origen. Sin duda, hay un dejo de frescura en producciones norteamericanas centradas en la identidad de las distintas culturas que construyen su realidad como país. Son historias que merecen ser contadas, independiente de su formato y de su efectividad que inevitablemente será relativa en la errante búsqueda de oportunidades. Pero habrá personas a las que esta comedia les hablará y que los hará sentarse en el cine nuevamente.
Definitivamente, es una historia que construye mucha de su fuerza en su “Shock Value”, y que carga con un transparente desdén hacia los white american, pero que en su escupitajo, lleva una intención de iniciar una conversación, de encontrar representatividad y de remecer convenciones. Es pretencioso pedirle al espectador que quite de su análisis el impacto del humor de la película, pero si alguien es un fan declarado de comedias del linaje de Pineapple Express (2008) o Neighbors (2014), acá hay algo sobre la mesa que puede valer la pena en unas cuantas dimensiones más. Hay un Joy Ride ubicado en este momento de la historia de Hollywood en la que entramos en estampida a hablar decididamente de quiénes somos.
“Joy Ride” (2023) disponible en salas de cine desde el 27 de julio.