“La mirada incendiada” (2021): Basada en un hecho real tan despiadado para ser una ficción
En sí, “La mirada incendiada” (Tatiana Gaviola, 2021) no es sencilla ni agradable de ver, sobre todo porque se sabe que no va a terminar bien. La historia está basada en el caso de violencia durante la dictadura de Augusto Pinochet contra Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana, en donde militares los quemaron vivos, resultando en el fallecimiento de Rodrigo y graves lesiones físicas para Carmen. Por la crueldad del hecho es uno de los crímenes más conocidos y recordados por la población chilena, y es en el que se basa la película, contando el breve tiempo que pasó Rojas de Negri en Chile antes de ser asesinado.
Si bien Tatiana Gaviola y el guionista Pablo Paredes aseguran que es una ficción basada en el hecho, la familia de la víctima ha reclamado por la falta de exactitud y no haber sido consultados, asimismo con Carmen, quien todavía vive.
Y es que no es fácil verla sin tener siempre en cuenta el horrible desenlace que tendrá el protagonista, mucho menos la voz en off que corresponde a la Carmen Gloria Quintana ficticia (Constanza Sepúlveda). Ella es la narradora de cómo fueron los meses de Rodrigo (Juan Carlos Maldonado) en Chile, hijo de exiliados que vuelve al país para retratar con su cámara la realidad de 1986, en plena dictadura militar. Acá es recibido por su tía Valentina (Catalina Saavedra) en la comuna de Estación Central, quien constantemente le advierte que no se deje llevar por su inocencia —que a veces resulta ser excesiva— con el fin de no tener problemas con las fuerzas militares y policiales, sobre todo por andar sacando fotos. En general, vemos como Rodrigo poco a poco se va encontrando con la realidad de que la supuesta lejanía o barrera que significaba su lente, es lo que lo introduce y pone al mismo nivel y peligro que las situaciones que retrata y busca exponer.
Como producto audiovisual y ficción es buena. No es una gran obra maestra, pero las actuaciones se destacan por tener a grandes nombres del cine chileno como Catalina Saavedra, María Izquierdo, Gonzalo Robles. La ambientación resulta familiar a la imagen que se tiene de Chile en los ’80, y el guión por lo menos no se siente falso, aunque esto puede que sea el resultado ya que recae, dicho anteriormente, en varios de los mejores intérpretes de la escena chilena actual.
Sin embargo, lo que juega en contra es que la historia, por más que recalque su naturaleza ficticia, está basada en una historia real, por lo que constantemente se pone en duda todo lo que los personajes dicen o narran. Su punto de partida son registros, documentos y todo tipo de archivo que fuera información necesaria para el desarrollo y creación del “personaje” de Rodrigo Rojas de Negri y el “Caso quemados” como se le conoce por la prensa.
Puede que todavía sea un hecho presente en la memoria nacional, tomando en cuenta los últimos años que se han vivido en Chile, y porque no decirlo, los últimos días. También, que la historia sea puesta en duda hasta por la misma madre de Rodrigo Rojas de Negri, es como si “La mirada incendiada” contará una mentira sobre su persona; una sobre cómo lo veía y pensaba Carmen Gloria Quintana, incluso cómo era su convivencia con la familia que le acogió acá.
No se puede poner en duda las buenas intenciones de sus realizadores para contar un hecho doloroso de la historia, aunque no es como contar la biografía de un artista o personaje conocido: aquí se nos trata de mostrar toda la forma de ser de alguien que no fue reconocido hasta su fatídica muerte de una manera cinematográfica, que probablemente no dista mucho de cuando se nos muestran recreaciones de delitos en los medios.
“La mirada incendiada” (Tatiana Gaviola, 2021) está disponible en OndaMedia.