Los 30 años de FICValdivia: un espacio para confluir a través del cine del futuro

A través de los años, el Festival Internacional de Cine de Valdivia se ha transformado en uno de los principales encuentros del cine nacional e internacional en este lado del mundo. Un festival que nace en “la llave del mar del sur”, el cual ha navegado de generación en generación y ha extendido su legado hasta los tiempos actuales con un esfuerzo apasionado por el cine.

Desde su primera realización en 1994, FICValdivia ha servido como un espacio fundamental para la visibilidad de películas y desarrollo de proyectos, el cual desde el 9 al 15 de octubre celebrará 30 años de existencia. Con tres décadas de profundo trabajo por el cine, revisaremos parte de la historia que ha forjado la identidad del Festival, desde aquella muestra conmemorativa que inició todo en 1993, hasta su actual estatus como uno de los certámenes más importantes de Chile y Latinoamérica.

Los primeros pasos 

El antecedente que da inicio a FICValdivia se da curiosamente en la celebración de 30 años de otro suceso: en 1993 se conmemoraban las tres décadas del primer ciclo de cine de lo que hoy es el Cine Club de la Universidad Austral de Chile. La importancia del Cine Club en la ciudad era fundamental, transformando a las películas en una alternativa viable para el diario vivir de los habitantes de Valdivia.

En esta instancia conmemorativa liderada por la directora del cineclub, Lucy Berkhoff, fue cuando nació la idea de que la ciudad de Valdivia merecía un festival de cine. Al año siguiente, se llevó a cabo la primera edición del Festival Valdivia Cine & Video, el cual contó con el apoyo de la Ilustre Municipalidad de Valdivia, la Universidad Austral y parte del mundo del sector privado.

La primera versión del Festival tenía como temática central el impacto medioambiental, siendo el certamen un espacio para reflexionar sobre el daño ecológico. En aquella edición solo existían dos secciones: una muestra internacional que consistía de ocho películas de Estados Unidos, Perú, Argentina, Chile, Francia y Dinamarca. La otra sección estaba destinada al área competitiva, que se componían de las categorías video, cortometraje y televisión.

Desde un comienzo, el principal premio de FICValdivia era el Pudú de Oro, y en su primera edición fue otorgado al largometraje “Wichan” de Magaly Meneses. Con el paso del tiempo empezaron a sumarse otras distinciones que destacaban al mejor guión, fotografía, actuación, entre otras disciplinas.

En 1996 fue cuando la organización decidió generar un cambio significativo en la estructura del certamen valdiviano. El Festival Valdivia Cine & Video se renombró como Festival Internacional de Cine & Video de Valdivia, empezando a pavimentar un camino que le ha permitido perdurar y consolidarse por lo que es hoy en día.

Sus principales hitos y desarrollo estructural 

Para analizar el legado del Festival Internacional de Cine de Valdivia, considerando la larga lista de hitos, es clave estructurar los puntos en base a sus tres décadas de existencia. En los noventa se destacan los primeros pasos de muchos realizadores nacionales que hoy en día han creado obras reconocidas mundialmente y que en Valdivia lograron iniciar sus caminos.

Entre las obras debutantes de aquellos cineastas chilenos se encuentran: “Reunión de Familia” (1994) de Andrés Wood;  “Reunión” (1995) de Tomás Welss; “Gallo de Pelea” (1996) de Alicia Scherson; “Cuatro” (1996) de Sebastián Lelio; “Deriva” (1997) de Vivienne Barry; “Desde siempre” (1997) de Marialy Rivas; “Coloritos” (1998) de Sebastián Silva; “El cielo y la tierra” (1998) de Fernando Lavandero; “Se arreglan fotos” (1998) de Matías Bize; y “Después del olvido” (1999) de Pablo Larraín.

Tras sus primeras tres ediciones, el Festival realizó ciertos cambios que progresivamente permitieron considerar nuevos horizontes. En la cuarta edición se agregó el Premio del Público en la Muestra Internacional de Largometrajes, donde la cinta “Tesis” del chileno-español Alejandro Amenábar se quedó con el reconocimiento. 

En la quinta edición realizada en 1998 se añadió en el nombre del certamen la frase “El Primer Festival Para Niños y Jóvenes”, buscando de esta forma invitar a las nuevas generaciones a visualizar la programación especial que se dedicó a ellos. Desde aquel hito, el Festival ha mantenido este espacio con distintas actividades enfocadas en la niñez y adolescencia.

Los primeros tres años del nuevo milenio fueron totalmente relevantes para la historia de FICValdivia: En primer lugar, el año 2000 la cinta “Amores Perros” de Alejandro González Iñárritu logra obtener el Premio del Público. Ese año también tuvo transmisión, por primera vez, de las diversas alternativas del festival a regiones a través del servicio de videoconferencias de UVirtual. 

Al año siguiente, el Festival logra realizar su primera Competencia Internacional de Largometraje, con un jurado oficial y la entrega de estatuilla que perdura hasta el día de hoy. En aquella ocasión se exhibieron filmes de alta calidad como “La Ciénaga” de Lucrecia Martel; “25 Watts” de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll; “Y tu mamá también” de Alfonso Cuarón; o “In the Mood for Love” de Wong Kar Wai, esta última siendo la que logró ganar la competencia.

En el marco del 9º Festival Internacional de Cine de Valdivia nació el Centro de Promoción Cinematográfica de Valdivia (CPCV): una organización comunitaria funcional sin fines de lucro que enfoca sus actividades a la difusión y desarrollo de las artes audiovisuales, la cual se ha mantenido en la actualidad como pieza fundamental para la realización del Festival en conjunto con la Ilustre Municipalidad y el Gobierno Regional. 

Desde entonces es que han seguido sumando logros destacables con estrenos importantes de películas que se visualizaron en Valdivia primero que en cualquier otro lugar. Casos como el del año 2005 con el estreno de “Machuca” de Andrés Wood, la que fue la primera película chilena en ganar la Competencia Internacional de Largometrajes; también los estrenos de las primeras películas de Sebastián Lelio, Matías Bize y Alicia Scherson con “La sagrada familia”, “En la cama” y “Play” respectivamente.

En 2006 se realizó un hecho histórico en Valdivia cuando por primera vez la organización del Festival realizó una retrospectiva a la filmografía del autor Jafar Panahi, cineasta iraní ganador del León de Oro en Venecia por su cinta “El círculo” (2000). El director viajó a Chile para estar presente de aquella 13º edición del certamen y presentar parte de sus obras.

El 2007 es especial para FICValdivia, ya que se celebró por primera vez bajo la constitución de la Región de los Ríos. Es aquí donde la CPCV toma las riendas de la organización del evento, además de la designación de Guido Mutis como director, quien al año siguiente lamentablemente fallecería.

Durante los primeros años de los 2010, el encuentro valdiviano fue encontrando ciertas limitaciones, como mencionó en su momento el entonces director, Bruno Betatti. “El festival hace cuatro años que tiene el mismo presupuesto, la misma cantidad de salas y la misma cantidad de días, por lo tanto es un certamen que ya tocó techo, y se le exige crecer”, señaló al medio Emol en 2013.

Tras periodos de arduo trabajo y esfuerzos por ampliar las labores del Festival, y ahora con Raúl Camargo como Director de FICValdivia, en 2016 el CPCV obtuvo financiamiento del Programa Otras Instituciones Colaboradoras (OIC), lo cual le concedió por primera vez tener un equipo estable de forma anual para actividades propias que permitieran  ejecutar elaboradamente el proyecto de FICValdivia.

El esfuerzo es algo que no se agota en la organización del Festival, y cada año que ha ido pasando, surge la interrogante: ¿Cómo aportar y apoyar al campo audiovisual? La sección de industria responde a esta pregunta con Encuentros Australes, sección que se ha potenciado a través de los años y se compone de distintos programas, en el cual destaca Cine Chileno del Futuro.

Nacida en 2019, su principal labor es apoyar a las y los cineastas que inician sus carreras a través de acciones que les acompañen en el desarrollo de sus proyectos. Este apartado existe bajo este nombre hace cuatro años, pero sus orígenes vienen desde hace ya dos décadas atrás a través de mesas de negocio y AUSTRALAB, que solía operar como la plataforma de industria del Festival. 

¿Qué hace especial al Festival?

Estos años de hitos, glorias y lamentos han forjado la trayectoria de FICValdivia, brindándole una armadura que combate ante el tiempo su permanencia como un ejemplo de un evento cultural de calidad a nivel nacional e internacional, y eso lo respalda el director del Festival Internacional de Cine de Valdivia, Raúl Camargo. 

“Primero que nada es el festival de cine más masivo de Chile, tanto en sus funciones en sala como en sus actividades paralelas y al aire libre. Segundo, somos el certamen que realiza más exhibiciones de cine durante los días en que se desarrolla el festival, y a la vez tenemos el promedio por sala más alto, lo cual nos enorgullece mucho porque de nada sirve exhibir y exhibir películas si no hay nadie viéndolas. Esa experiencia se vuelve aún más especial porque contamos con dos salas equipadas con proyectores en celuloide, haciendo que el visionado colectivo de las obras adquiera otra dimensión”, comentó Camargo.

Además, el Festival no se hace por aplaudirse entre un círculo de privilegio, la razón de su existir y por lo cual nació siempre ha sido la ciudad de Valdivia, motivo que Camargo destaca también dentro de su evaluación. “FICValdivia se realiza en una ciudad de entorno privilegiado, y que ha construido con los años un prestigio basado en su programación, en donde se vuelve un ritual estrenar en Valdivia. Es vital la fidelidad de nuestro público y de los cineastas que tempranamente fueron parte del festival y que vuelven una y otra vez a estrenar sus nuevas películas junto a nosotros”, señaló.

Para el periodista y crítico de cine, Joel Poblete, FICValdivia es una instancia que efectivamente se distingue por su programación y el criterio de selección de sus filmes. “Se ha posicionado muy bien a nivel mundial por la calidad de su programación, por el nivel de los invitados y por el perfil curatorial que tiene, porque es un festival que sin duda hoy tiene un sello que es bastante transversal y con los años se ha transformado, entendiendo también a sus audiencias”, comentó Poblete.

El crítico también señala la relevancia de la movilización humana que genera el evento en la ciudad, situación que la distingue de otros festivales. “Hay que destacar el aspecto humano que logre que una ciudad se movilice y se transforme en torno al Festival durante los días de su realización. En festivales de ciudades más grandes cuesta mucho conseguirlo y Valdivia lo logra con éxito”. 

Guillermo Olivares, encargado de Programación de FICValdivia, ha estado presente en el Festival desde su primera edición como un joven estudiante, y coincidentemente,  tiene una visión similar a la de Poblete. “El Festival se nota en la ciudad, y siento que tiene que ver un poco con la personalidad de Valdivia, como un pueblo cultural”, señaló.

Las memorias y expectativas del equipo de FICValdivia

Para Raúl Camargo, quien asumió como director del Festival en el 2014, existen momentos que recuerda con mucho entusiasmo y cariño en esta conmemoración de los 30 años de FICValdivia. “Hemos instalado una bonita tradición de realizar homenajes bastante inéditos a nivel mundial. Basta recordar que FICValdivia rindió homenaje a Alice Guy mucho antes de la fiebre mundial por la recuperación de su nombre y legado, y a la vez compartió el hecho de que había vivido su niñez en Chile”, señaló.

“A propósito del impacto social del Festival, recuerdo con especial cariño una de las tantas itinerancias por comunas de la Región de los Ríos que hacemos como Centro de Promoción Cinematográfica de Valdivia (CPCV ) en donde un niño estaba tan feliz viendo cortometrajes infantiles en una sala que montamos en una sede social, que salió de dicha sala, fue a su casa y fue a buscar a su gato para ver películas junto a él”, añadió.

En estos 30 años de FICValdivia, su director espera reunir a su público habitual pero siempre considerando a aquellos nuevos incursores que conocerán el certamen. “Queremos ser una fiesta respetuosa y cariñosa, con nuestras habituales salas llenas en donde se encuentran estudiantes y personas mayores, cineastas y público, cinefilia y personas dispuestas a enamorarse del cine”, comentó Camargo, añadiendo sus expectativas como organización.

“A nivel organizacional esperamos que este 30 aniversario permita de una vez por todas viabilizar un modelo de financiamiento público, mancomunado entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio junto a la Municipalidad de Valdivia y el Gobierno Regional de los Ríos, que entregue estabilidad al festival y permita proyectarlo como se merece”, agregó.

Además de las anunciadas muestras conmemorativas y los homenajes que se realizarán en la cita, el director añade que habrá sorpresas imperdibles en esta especial celebración. “Hemos estado preparando dos especiales lanzamientos para esta edición del Festival: El mapa del Cine de Latinoamérica y el Caribe, cartografía colaborativa sobre la historia de nuestros cines, realizada por 200 especialistas ; y el Libro Escrito por Cineastas, con la pluma de 28 autoras y autores que han sido parte de FICvaldivia y que reflexionan sobre el propio oficio con su propio puño y letra”.

A propósito de la reflexión acerca de estos 30 años, Tehani Steiger, encargada del área de Industria, destaca la relevancia del trabajo de apoyo que ha generado Encuentros Australes, como una plataforma que impulsa a nuevos cineastas, reflejando aquello en la programación del Festival.

“Nos podemos dar cuenta del impacto de nuestro trabajo revisando la cartelera y la programación en competencia del Festival, donde hay películas que partieron en nuestros programas. Hoy aquellas cintas están compitiendo y años atrás estuvieron en los espacios de Industria, desarrollando sus guiones, sus estrategias de producción ejecutiva, y yo creo que es algo muy importante a rescatar en estos 30 años de FICValdivia”, señaló.

Por su parte, el encargado de Programación, Guillermo Olivares, resalta lo especial que resulta ser el ambiente en la semana de Festival en la ciudad. “Estamos todos de alguna forma abocados al festival, a ver películas, a conversar sobre cine, a hablar con los autores, las autoras, respecto a su película y a los proyectos que están desarrollando”, comentó.

En el proceso de lectura de esta recapitulación de datos, hechos e informaciones, podemos tener una visión general de la significancia y valor cultural del Festival Internacional de Cine de Valdivia, aún más en estos 30 años de existencia. No es solo para Chile, es para este lado de la región y el mundo. 

Como dijo el director de FICValdivia en conversación para el desarrollo de este artículo: “El cine es aquel país que no sale en los mapas, y por ende los festivales de cine serían las embajadas de dicho país. Un país que para pertenecer a él, solo pide como requerimiento que tengamos amor por las películas, que las cuidemos, que las defendamos, que las compartamos”. 

En la ciudad de Valdivia respiran y viven las películas de una forma diferente; algunas viajan por distintas épocas y llegan hasta la llave del mar del sur, donde descansan por una semana para reunir a sus habitantes en torno a un lema patrio con lenguaje propio: el inagotable cine.