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15 noviembre 2024, 04:13 AM | Actualizado | Chile
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María Alché, Jurado FIDOCS 28 “Es muy enriquecedor venir a ver y analizar cine”

María Alché es una actriz, directora y guionista argentina, quien actualmente se encuentra en Chile para formar parte del jurado de la Competencia Nacional de la 28º edición del Festival Internacional de Documentales de Santiago (FIDOCS). Desde una temprana edad, comenzó a desarrollar su gusto por la actuación y la colaboración, algo que marcaría su carrera de por vida. Criada en el barrio Catalina Sur de la ciudad de Buenos Aires, con tan solo 11 años comenzó a participar en una agrupación de teatro con sus vecinos y vecinas en la plaza frente a su casa.

El grupo de teatro fue creado por un uruguayo en la vuelta a la democracia en Argentina, donde año a año generaban obras con más de 100 personas de todas las edades. Esta primera aproximación actoral marcaría algo que sería crucial para el trabajo de la directora, aprender, apoyar y enseñar. A los 17 años abandonó la compañía y fue ahí cuando comenzó a planear, lo que sería su futuro. 

Con una gran curiosidad que ninguna carrera profesional llenaba, al salir del secundario le llegó un llamado para el casting de lo que sería su debut en la actuación cinematográfica, el papel de Amalia en la película “La niña santa” (2004) de la directora argentina Lucrecia Martel. Esta experiencia pone en jaque la visión que tenía María del cine, entendiéndolo siempre como algo complejo y lejano. 

Esta película filmada en 35 mm durante dos meses en un hotel de termas de la ciudad de Salta, no solo le traía un recuerdo a las giras de grandes compañías circenses y teatrales, sino que también le permitió convivir con grandes actores y equipos de trabajo, que le hicieron entender de mejor manera todas las posibilidades que existen dentro de la esfera cinematográfica. 

Es así como en 2005 entró a estudiar dirección cinematográfica en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica de Buenos Aires (ENERC). Una de sus grandes motivaciones fue poder saciar sus curiosidades a través de las herramientas que le entrega el cine, como lo son investigar, retratar y conocer las realidades que presenta la vida misma. 

Su primer cortometraje, “¿Quién se metió con Mayra?” (2008), nos presenta algo que veremos mucho en el cine de Alché: mujeres adolescentes y su convivir. Su segundo cortometraje, “Noelia” (2012), tuvo un gran paso por festivales, obteniendo los premios a Mejor Cortometraje en Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) en 2012; Mención Honrosa en el Festival Internacional de Cine Indie de Lisboa en 2013 y haber sido parte del Festival Internacional de Cine de Rotterdam ese mismo año.

Más adelante estrena los cortos “Gulliver” (2015), “Signs of a Struggle”(2015) e “Invierno 3025” (2016). Con estos trabajos ya se puede comenzar a experimentar las pocas fronteras que tiene el cine de la directora y cómo el humor entra de a poco en sus fantasías cinematográficas, presentándonos que el rol familiar, educativo e imaginario, será parte fundamental pero no única en su carrera. 

Gracias a la calidad de sus producciones es que en 2016 fue invitada especial en el 23º Festival Internacional de Cine de Valdivia. En esta ocasión se presentó una curaduría de todos sus cortometrajes hasta ese momento. Actualmente se pueden encontrar estos trabajos de forma gratuita en la plataforma de streaming de FICValdivia: Playficvaldivia.cl.

En paralelo a todo, María comenzó a construir lo que sería su primer largometraje, “Familia sumergida” (2018), en el cual trabajó nuevamente con la actriz argentina Mercedes Moran. Con su largometraje debut obtuvo los premios Horizontes Latinos en el Festival de Cine de San Sebastián 2018; Mejor Guion y Mención Especial en el Festival Internacional de Cine de Lima; Mejor Actriz para Morán en los Premios de la Academia de Cine Argentino, entre otros. 

Con una amplia cartelera de trabajos, la directora nunca deja de lado su espíritu colaborativo, realizando producciones de todo tipo, desde el guion, la actuación y la dirección. Así es como en 2023 estrenó su segundo largometraje “Puan”, el cual guionizó y dirigió junto al director argentino Benjamín Naishtat. Esta comedia con tintes trágicos pone en evidencia una vez más todos los horizontes a los que puede llegar María. 

Esta película tuvo un aclamado paso por festivales, ganando los premios Mejor Interpretación Protagonista (Marcelo Subiotto) y Premio del Jurado a Mejor guion en el festival de San Sebastián en 2023;  Mejor actor (Marcelo Subiotto), Mejor actor de reparto (Leonardo Sbaraglia) y Mejor música original (Santiago Dolan) en los Premios Sur, otorgados por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina. También se destaca su nominación a Mejor Película Iberoamericana en los Premios Goya en 2024. 

Además de su participación como jurado en la Competencia Nacional de FIDOCS, María Alché será parte de una Masterclass de la Escuela FIDOCS, en la cual se llevará a cabo un debate en conjunto a José Luis Torres Leiva, director del trabajo actoral más reciente de Alché: “Cuando las nubes esconden la sombra” (2024). La cinta se presentará dentro de las funciones especiales del festival. 

Estuvimos en conversaciones con la directora, quien nos comentó sobre sus motivaciones para entrar al mundo del cine, su visión del panorama cinematográfico actual en Latinoamérica, y también cuáles son sus expectativas de esta nueva versión del Festival Internacional de Documentales de Santiago, FIDOCS.

– Tu carrera en el cine empezó con la actuación, ¿qué te motivó a profesionalizarte en dirección sin dejar de actuar? ¿Cuándo surgió tu interés por el guion?

“Lo que me gustaba de la dirección era que te permitía investigar cualquier cosa, fue como una manera de encauzar la curiosidad, y es algo que todavía me parece muy interesante del cine, que permite aproximarte al mundo que quieras. Me gusta todo lo que sucede antes de hacer una película, poder investigar ya sea con una ficción o un documental, abrir la puerta que quieras con la excusa del cine. Eso es lo que aún me motiva y fue una de las grandes razones por las que estudié dirección, para poder seguir un poco en todo. 

Yo creo que es algo más de la generación, esto de hacer de todo, no creo que fuera algo que me pasó solo a mí. En la época en la que estudié y comencé a trabajar más, la televisión resultaba ser un espacio donde uno podía hacer ficción, y eso dejó de ser un lugar que daba trabajo. Todas mis amistades comenzaron a autogestionarse, a dirigir sus propias obras, a filmar sus cortos, todos nos ayudábamos un poco, porque había una falta de trabajo y espacios, por lo que comenzamos a generarlos nosotros mismos. 

Entonces todas estas personas se pusieron a hacer un poco lo que tenían ganas, sin esperar a ser seleccionados. Es algo que pasa hasta el día de hoy, hace un tiempo que se rompió esta idea de esperar trabajos de las grandes productoras, sino que las juventudes crean sus propios espacios. Sentía que todos los que me rodeaban estaban haciendo cosas un poco parecidas y nos enriquecíamos mucho de esto.

Claro, y en Buenos Aires existe mucha cultura de la autogestión, entonces se generaban estos cruces que a mí me gustan mucho, tengo una personalidad muy colaborativa y también nos formamos así, es algo que sigo practicando. Ahora co dirigí “Puan” con Benjamín Naishtat, una película que también guionizamos, estoy trabajando con Lucrecia Martel en un guion y el estreno junto a José Luis Torres Leiva, siento que continuar con todo es algo que viene de la colaboración, de ocupar distintos roles, de aprender, de trabajar con otras personas”. 

– ¿Tú crees que en algún momento estas partes y formas de representar el cine (actuación, guion y dirección) se hibridan un poco en tu trabajo? 

“Sí, pero también siento que es algo asimétrico, no es como que termine un proyecto y eso me inspire automáticamente para el próximo. Me gusta que cada trabajo sea algo distinto, por ejemplo, la última película que dirigí fue una producción muy rápida y organizada, con un amplio equipo, para luego ir a grabar con José Luis con un equipo de 11 amigos, donde grabábamos una escena por día. Me gusta que todo sea un poco distinto. 

Me atraen estas diferencias dentro de los roles, ya que ver a las personas trabajando me da mucha curiosidad y me gusta que cada parte del trabajo sea único, pero también me inspiro de muchas cosas y formas, pero no siento que eso se llegue a transformar en algo que realmente afecte en mis proyectos. 

Algo que sí puede hacer notar algún parecido en historias o actuaciones, es la vida misma, las experiencias que vivimos, las cosas que queremos retratar y la cierta regionalización de las producciones, logra que se pueda ver cierto parecido en las películas que he trabajado, pero a mí me gusta mucho poder hacer cosas distintas”.

– En esta ocasión estás a cargo no solo de deliberar como jurada en la Competencia Nacional, sino que también participarás junto a Jose Luis Torres Leiva en una Masterclass en la Escuela FIDOCS luego de presentar su nueva película “Cuando las nubes esconden la sombra” ¿Cuál crees que es el punto más relevante a destacar en la importancia que tienen los espacios de proyección presencial, como lo son los festivales de cine hoy en día?

“Quizás lo primero que puedo decir es que me parece que en este momento de extremo individualismo, ir al cine se convierte en un hecho político. Estar en una sala a la misma hora, convivir con personas que no sabes qué piensan, es tan fuerte el impacto de la tecnología, donde todo es muy individual y todo lo seguimos a nuestro ritmo, que ir al cine se convierte en una anacronía. Ir todos a sentarnos a la vez, es algo que creo que como sociedad lo necesitamos hacer, ejercer un hecho común. 

Creo que la fuerte hegemonía de producción que se ha generado por las plataformas de streaming logra que los espacios como los festivales, sobre todo latinoamericanos, sean mucho más relevantes para presentar las nuevas narrativas y las particularidades locales, con formas audiovisuales que generen un diálogo entre nosotros, ya sea a nivel país o latinoamericano.

Tener ese diálogo entre regiones que comparten su imaginación, ficción y formas de trabajar me parece muy relevante, siempre pienso que en la imaginación es donde está el futuro. Toda vez que se sortea eso y existen festivales en Latinoamérica, como es el caso de Fidocs o FICValdivia, que son fuertes, hay público, las salas están llenas, que se ve y se discute cine latinoamericano, es como un pequeño milagro y es algo que hay que cuidar muy bien.

Sobre todo hoy en día donde hemos entrado en esta lógica, que se entiende, donde las películas tienen que tener sus circuitos mundiales dentro de los festivales, para luego volver a sus países y estrenar. Hemos generado un cierto colonialismo en torno al cine en ese sentido, por lo que estos espacios de muestras más regionales se vuelven mucho más valiosos.” 

¿Cuáles son algunas de las expectativas que tienes para esta versión de Fidocs? y ¿Cuál podría ser algún llamado a la acción o palabras de aliento, para estas nuevas generaciones de cineastas y público? 

“Estoy muy emocionada por el festival, yo nunca había venido a Fidocs. He formado parte del jurado dentro de otros festivales y siempre es muy enriquecedor venir a ver y analizar cine. Algo de las cosas que más me emociona de todo esto también es el poder compartir las experiencias que suceden a través del cine, como mencionaba antes, siempre me ha gustado mucho la colaboración, por lo que me parece muy alentador poder participar.

En este caso, junto a José Luis Torres Leiva vamos a estar en una masterclass de la escuela de FIDOCS, donde generaremos una conversación en torno a nuestra nueva película que también presentaremos en su estreno en el festival y la verdad es que siento mucha curiosidad por hablar con él, disfrute mucho el trabajo que realizamos y me interesa mucho saber más sobre su cine. 

Por esto mismo siento muy necesarias estas instancias, poder ver cine de todo tipo y poder revisar también como está el panorama cinematográfico en cada país. Como mencionaba, me parece muy importante la regionalización que se puede generar en el cine, sobre todo en Latinoamérica, donde vemos estas distintas ficciones y documentales que nos relatan de alguna forma fantasiosa, el vivir de los distintos países.

Por lo que creo que el llamado más importante que doy, es ser particulares, que las y los cineastas se sientan libres de explorar y contar sus historias. Hoy en día estamos inmersos en un contexto donde lo importante es hacer productos simples que vendan, por lo que las historias genuinas son aún más valoradas. Invitar a estas nuevas generaciones de cineastas a adueñarse de las nuevas formas de hacer cine, conozcan sus contextos y cuenten sus historias. También recomiendo mucho aprovechar estos espacios y hacerse parte de ellos.”

Entendiendo el panorama político/cultural por el que está pasando Argentina, ¿Cómo las y los cineastas y públicos de tu país y del mundo, podemos en cierta medida a apoyar en esta crisis?

“Bueno la verdad es que es un panorama bastante terrible, sobre todo por como se está entendiendo a la cultura en estas formas de gobernar más capitalistas que están predominando, donde el arte se ven como algo abominable que al final no produce dinero pero sí mucho pensamiento, que es lo que más temor les da.

Por eso creo que la labor más relevante que pueden hacer las personas dentro de la esfera cinematográfica es pensar a largo plazo, pensar en las culturas y el arte como algo que se tiene que mantener en el tiempo. La única forma de que las nuevas narrativas y las particularidades dentro del cine sobrevivan, es que se sigan exponiendo, que se sigan generando espacios de debate para comprender los contextos nacionales y así poder permanecer en el tiempo, como lo son los espacios que entregan los festivales de cine, sobre todo los latinoamericanos.

Por eso creo que el llamado es a resistir y continuar formando profesionales que piensen a futuro y entiendan a sus países, que exploren y aprovechen sus particularidades, adueñándose de sus historias. Ya que si creo que en algún momento podrá haber algo mejor, no será de casualidad, la única forma de generar un mejor futuro es comenzar a construirlo ahora.”

Actualmente, la directora se encuentra en trabajos de guion junto a Lucrecia Martel y muy expectante para participar en esta versión de FIDOCS. Su nueva película “Cuando las nubes esconden la sombra”  será presentada dentro de las funciones especiales del festival, el día 17 de noviembre a las 18:15 Hrs, en el Centro Arte Alameda, CEINA. Puedes conocer más sobre toda la programación del festival aquí

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