Melancholia (2011): Debacle personal y planetaria
Creo no decir ninguna estupidez al afirmar que la mayoría de nosotros conocemos el miedo y la desolación. Dos emociones comunes y naturales en nuestro carácter humano, pero cuyos límites pueden ser paralizantes y voraces para nuestras vidas. Es sobre todo en estos tiempos, en los que se ha visibilizado más la necesidad de cuidar la salud mental de las personas, cuando han tomado relevancia temas como la depresión o la ansiedad, junto a otras enfermedades muy comunes en la sociedad actual. Estos trastornos y/o fenómenos psicológicos, de no ser cuidados, pueden romper por completo las esperanzas, las emociones y las vidas de las personas.
El director, guionista y productor danés Lars von Trier, reconocido por películas como “Breaking the waves” (1996) o “Dancer in the dark” (2000), ha puesto como tópicos importantes de varias de sus cintas la depresión y sus efectos. En la filmografía del director se encuentran tres obras conocidas popularmente como “la trilogía de la depresión”: “Antichrist” (2009), “Melancholia” (2011) y “Nymphomaniac” (volumen uno y dos, los dos estrenados en 2013). Estas tres películas tienen como tema principal la debacle y posterior reestructuración emocional de sus protagonistas, cuya depresión les lleva a puntos muy oscuros y decadentes en sus vidas.
“Melancholia” es una película danesa de drama con elementos de ciencia ficción, perteneciente también al subgénero de drama psicológico. Fue muy bien recibida por la crítica, aunque también algo resentida por los comentarios virales realizados ese año por su director sobre su supuesta empatía personal hacia la figura de Hitler. La cinta recibió nominaciones a categorías de diversos premios internacionales, ganando su actriz principal (Kirsten Dunst) el galardón a mejor actriz en el Festival de Cannes.
La cinta narra la historia de dos hermanas: Justine (Kirsten Dunst) y Claire (Charlotte Gainsbourgh). Justine y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda en la enorme y acaudalada casa de Claire y su marido. Sin embargo, la depresión, el descontento y las aflicciones de Justine hacen que la noche más feliz de su vida termine siendo una de las peores. Al mismo tiempo, un nuevo planeta, llamado “Melancolía”, se acerca progresivamente a la Tierra, amenazando con colisionar y acabar con ella, desatando inseguridad y ansiedad en Claire y el resto de su familia.
Fue confirmado que la idea tras la historia de “Melancholia” se le ocurrió a von Trier mientras él mismo pasaba por una depresión muy profunda, por lo que no sorprende demasiado que los elementos del guion estén ligados a las penas, contradicciones y sensibilidades más arraigadas y dolorosas de esta enfermedad.
“Melancholia” es la contraposición y el contraste entre la debacle interna y emocional de Justine, causada por su depresión, y la catástrofe planetaria de la destrucción de la Tierra. El fin del mundo casi se vuelve secundario ante la desolación del personaje de Justine, cruda, realista, triste y agotadora. La pregunta que uno se hace tras ver esta película es: ¿Cuál de estas dos debacles es más destructiva a nivel emocional? ¿El fin del mundo o vagar sin ser capaz de sentir? ¿Cuál de las dos es más paralizante? Parece una pregunta que, a priori, es fácil de responder, pero la humanidad de la cinta hacen que esta sea una incógnita compleja.
La interpretación del personaje de Justine (en guion y la actuación de Kirsten Dunst) es un reflejo fiel, crudo y realista de las consecuencias de una depresión profunda. Rasgos como la aparente indiferencia (que esconde pesares enormes), las sonrisas falsas, los intentos de ser feliz a pesar de que simplemente no puedes serlo (aunque ni el resto ni uno mismo lo entienda), la rabia acumulada, la ausencia de energía, la falta de motivación para hacer las cosas, entre otros, son los que vuelven a Justine un personaje complejo capaz de despertar emociones en el espectador.
Por otro lado, “Melancholia” es también un estudio sobre otras aflicciones y su impacto en las relaciones interpersonales de las personas. En la cinta, Claire, padece de ansiedad, lo que hace que su reacción hacia ciertos fenómenos (tanto globales, como la colisión de Melancolía con la Tierra, o personales, como la situación emocional de Justine) se vea condicionada y sea afligida, triste y melancólica, aunque estas mismas emociones sean ocultadas por ella para poder cuidar a su familia.
La película refleja estados de ánimo y trastornos con delicadeza y emotividad, a la vez que no deja de ser cruda en los momentos necesarios para su desarrollo. En esta cinta los que parecen más valientes terminan siendo los más cobardes, los que parecen más tranquilos son los más apesadumbrados, los que critican la infelicidad del otro son los más infelices, y así se podría seguir ejemplificando. “Melancholia” muestra la contraposición, entre sutilezas y desazones, ya no solo entre el caos personal y el global, sino que entre los propios principios morales y emocionales de los individuos.
En otros aspectos, “Melancholia” destaca fuertemente por su extraordinaria fotografía y su atrapante banda sonora, dos elementos claves en la estructura narrativa y el impacto emocional de la cinta. Las actuaciones también son de gran nivel, especialmente las de Kirsten Dunst y Charlotte Gainsborough, quienes reflejan la complejidad emocional de sus personajes, a la vez que les dan profundidad y matices relevantes y emotivos. El guion es bueno y preciso, lleno de sutilezas y posibles interpretaciones.
“Melancholia” es una bella película, tanto en lo visual como en la forma en la que representa los pesares y aflicciones de sus personajes. Es dura, triste y, siendo coherente con su nombre, melancólica, pero también emotiva y refleja los sentimientos profundos que somos capaces de sentir como personas, tanto para bien como para mal, con sus coherencias y sus contradicciones. Al fin y al cabo, somos seres complejos y contradictorios. A veces nos paralizamos por el miedo, la tristeza o el dolor, y eso no está mal en sí. Es parte de la esencia de sentirse vivo.
“Melancholia” se encuentra disponible en la plataforma de streaming “Mubi” y es parte del especial “El caos reina: las películas de Lars Von Trier”.