“Priscilla” (2023): La mujer del siglo XX

Una creadora trascendente, no retrata personajes que no signifiquen algo, que no representan algo más grande o que no hablen en nombre de alguna faceta humana. “Priscilla”, la última película de Sofía Coppola, es el retrato de una mujer del siglo XX. Ilustrada en la esposa de Elvis Presley entre los años 1967 y 1973, basada en sus memorias y con la mismísima Priscilla Beaulieu en producción. Nos cuenta sobre una mujer interpretada por Cailee Spaeny, quien desde los 14 años entabla una relación con el rey del rock.

Me pregunto, si todos los que vemos esta película estamos expectantes desde un principio por la aparición de Elvis, interpretado por Jacob Elordi, conocido por su papel en la serie Euphoria. Sea así o no, puede que Coppola quiera que lo estemos. La forma en que lo presenta tiene fuegos artificiales escondidos en cada rincón del cuadro y de alguna forma, nos aproxima a la sensación de nerviosa inquietud que Priscilla tuvo al conocerlo.

Poco a poco, vemos como la imagen de Elvis Presley, se desmitifica y se distorsiona moralmente. El que haya decidido empezar una relación sutil pero progresivamente abusiva con una niña de 14 años, sumergiéndola en su mundo frívolo y frágil, a partir de una capacidad de asombro excelentemente retratada por Spaeny, nos acerca a su punto de vista con una delicadeza reconfortante.

¿Se puede culpar a un personaje de funcionar en base a códigos de su época que son reprobables hoy en día? Cuán agradecidos estamos como espectadores, de que Sofía Coppola nos deje decidirlo. Ella se encarga de contarnos, de otorgar perspectiva, de pintar con el trazo de su protagonista una historia con matices tan humanos como oníricos, en parte por la cinematografía de Philippe Le Sourd, y por la naturaleza de mega estrellas, que rodea el contexto de los personajes.

Elvis es un hombre realizado, rodeado de gente exclusivamente de confianza y de aduladores. Consciente de su talento y en una búsqueda espiritual coartada por su deber-ser. Priscilla es una mujer afectuosa, hogareña, delicada e impresionable, para quién es un logro explorar sus emociones y expresarlas a su esposo.

Ambos personajes tienen mucho en común con parejas de esa generación que conozco y veo en mi vida diaria, con gente que aún existe y que pasa a comprar pan después del trabajo. Podría ser la historia de los orígenes de mis abuelos entre respaldos de cuero y diamantes. ¿Se sentirán víctimas de un mal generacional o serán un producto de su época? Después de todo, todos somos ambos en distintas tonalidades.

Coppola eligió a Priscilla, porque tanto ella como Elvis son personas caminantes nacidas en el Siglo XX, y porque obras resuenan en nuestra actualidad. Ponen a funcionar nuestro juicio, afinan nuestra perspectiva y ayudan para decidir por nosotros mismos.

“Priscilla” (2023) de Sofía Coppola disponible en salas de cine desde el 28 de diciembre.