“Vidas pasadas” (2023): Emociones contenidas

Por allá por noviembre, me rompieron el corazón y sentí como si me lo hubieran arrancado entero de cuajo. Derrotada y con mucha angustia, hice lo único que sé para sentirme acompañada en esos momentos: ver películas tristes. Pues, entre toda la ansiedad y la confusión, esos filmes abismales, esas piezas profundamente emocionales; te adentran en ellas, te acompañan y te liberan tomando prestado el peso de tener pena. En esta búsqueda de consuelo, me topé con “Vidas Pasadas” (2023), debut en la dirección de Celine Song, un salvavidas en medio del extravío del dolor.

La película sigue la historia de dos amigos de infancia, Nora Moon (Greta Lee) y Hae Sung (Teo Yoo), quienes se separan debido a la migración de la familia de ella hacia Canadá. Los protagonistas se verán rodeados en un vaivén de emociones contenidas, al reencontrarse en persona años más tarde.

La directora explora una historia de amor de forma poco convencional, donde el estallido de emociones que surge de las interacciones entre los personajes se revela, verdaderamente, en el sentir de los espectadores y no en la pantalla. En ese sentido, las actuaciones son un aspecto notable de la película, no necesitan de escenas rebosantes de melodrama para entregarnos sensaciones profundas. Greta Lee y Teo Yoo conectan entre sí de manera vívida, con pequeños gestos, miradas que nos acercan de manera natural y palpable a la experiencia que, aunque parece lejana, termina siendo transversal.

A través de la sutileza de cada escena, los sentimientos retraídos y las palabras no dichas se mueven flotando delicadamente durante toda la película, permitiendo dejar esos espacios vacíos libres a la interpretación. Y allí recae el valor de “Vidas Pasadas”, en el análisis libre, en la búsqueda de sentido de todos esos lugares vacantes que se pueden rellenar con desamor, para quien quiera un espejo; destino, para quien quiera consuelo; y sanación, para mí, que necesitaba la compañía de una historia sincera.

Es interesante el concepto coreano de “Injun” con el que se juega toda la película, porque, aunque te habla un poco del destino y el reencuentro de dos personas que deben verse de nuevo; en un segundo nivel, también habla de la seguidilla de decisiones que te terminan llevando al lugar donde estás actualmente. No hay nada más cierto que eso. Sea predestinado o consecuencia de las acciones, el presente no cambia: es lo que es y lo que debe ser.

Aunque sumamente doloroso, es un filme muy real; resuena y reverbera en todas las heridas que tenemos en alguna partecita olvidada de nuestro cuerpo. Lo que no fue y no llega a hacer. Un amor no estrenado, guardado en el fondo del cofre. Una persona que representa el haber sentido esperanza y amor, pero que hoy existe en otro momento. Una vida pasada, porque qué es una vida humana, sino un conjunto de varias vidas que vamos ensamblando y armando en un rompecabezas frente al paso del tiempo.

Honesta, conmovedora y llena de amor en todas partes, “Vidas pasadas” es de esas historias que penetran y no se olvidan fácilmente, se mezclan con vivencias propias y se vuelven parte de nosotros.

“Vidas pasadas” de Celine Song está disponible en salas de cine y está nominada a Mejor Película en los Premios Oscar.

¡Revisa el trailer de “Vidas Pasadas”!