“Sin novedad en el frente” (2022): ¿Una nueva mirada a los mismos horrores?

Las guerras mundiales fueron, posiblemente, los dos períodos de tiempo más escabrosos y terribles de la edad contemporánea. Años de asesinatos, traumas, torturas, familias que fueron arrebatadas de sus hijos, hijos que fueron arrebatados de sus familias, sangre desperdigada en los campos por la sed de poder de unas personas autoritarias, y mucho más, son lo que ha dado a estos procesos el carácter de “una mancha negra en la historia de la humanidad”, y eso ya prácticamente no se pone en duda hoy en día.

Después de terminada la segunda guerra mundial (e incluso durante el desarrollo de esta, en el caso de algunas producciones), muchos directores, escritores y artistas decidieron expresar su visión sobre estos conflictos bélicos y sus repercusiones en todas partes del mundo, haciendo esta expresión en obras de arte. Desde entonces se han estrenado cientos de películas, se han escrito libros y contado innumerables historias relacionadas con las guerras mundiales, varias de ellas muy famosas e influyentes en la cultura popular a día de hoy (“El diario de Ana Frank”, “El niño del pijama a rayas”, etc). Muchas de estas obras se enfocan en el horror detrás de la guerra (lo que no sorprende a nadie, considerando lo cruenta que fue), y el carácter inhumano que le impuso a los soldados y a las personas torturadas y retenidas.

Centrándonos únicamente en el cine, como mencioné antes, las guerras mundiales han sido representadas en el séptimo arte cientos de veces, principalmente en documentales, películas y cortometrajes, aparte de otros formatos. Varias de estas producciones también han pasado a la posteridad como icónicas, e incluso hay algunos filmes bélicos considerados como algunas de las mejores películas de todos los tiempos (destacan “La lista de Schindler” (1993), “Cara de guerra” (1987), “Rescatando al soldado Ryan” (1998), entre otras). Las guerras son siempre fenómenos interesantes para analizar y desarrollar en el cine, ya que este medio nos permite visualizar representaciones realistas, crudas y personales de lo que ocurría en el campo de batalla y fuera de él, tras los despachos. Nos permite meternos en el sufrimiento de los involucrados en estas crueles instancias, además de explorar nuevas aristas y enfoques de posibles críticas al poder y el autoritarismo. “Sin novedad en el frente”, la coproducción alemana-estadounidense de Netflix, reconocida ahora por estar nominada a los premios Oscar en la categoría de Mejor Película, hace esto último en su metraje, y desarrolla una historia ruda, violenta y triste, como la guerra misma.

“Sin novedad en el frente” (de título original “Im Westen nichts Neues”) es una película alemana de drama y acción, y del subgénero de cine bélico. Dirigida por Edward Berger y producida por Amusement Park Films, Rocket Science y Sliding Down Rainbows Entertainment, la cinta fue estrenada el 29 de septiembre de 2022 en la plataforma de streaming Netflix. No se estrenó en cines porque Netflix fue la distribuidora nacional e internacional del largometraje. El filme está basado en la novela antibélica homónima escrita por Erich Maria Rebarque en 1929.

La película narra la historia de Paul Bäumer (interpretado por Felix Kammerer) y sus amigos, cuatro adolescentes alemanes entusiasmados por su alistamiento en el ejército teutón durante la Primera Guerra Mundial, muy felices y orgullosos de defender a su patria. El desarrollo de la trama muestra los horrores por los que pasan, la violencia a la que son expuestos y cómo su entusiasmo, su inocencia y sus esperanzas se van desgarrando por cada día, mes y año que pasan en la guerra, y, específicamente, en las sanguinarias trincheras.

“Sin novedad en el frente” es una experiencia terrorífica, de eso no hay duda. Es una historia cruda, muy violenta y visceral, como uno imagina que debieron ser las historias reales de los soldados que combatieron en la Primera Guerra Mundial. En ese sentido, la cinta es una representación detallada, precisa y muy realista de los horrores de la guerra. Se nota en los efectos visuales, en las escenografías, en el apartado de sonido y demás, todo está muy bien realizado y hay momentos en los que parece que estás mirando un documental con imágenes en alta definición por lo realista que se ve. La cinta es una gran epopeya visual y sonora que recrea la violencia de la guerra, y, si ese era su objetivo, lo cumple con creces. Todo el apartado técnico está excelentemente trabajado, y logra que te inmersas en la cinta de buena manera. Casi sientes como si tú estuvieras dentro de los campos de batalla esquivando balas y granadas, y también sientes el dolor y el espanto de ver cómo una de ellas mata a un soldado que estaba a tres metros de la cámara. Esto hasta te hace pensar que es una lástima no haber podido experimentar esta película en cines durante su estreno, ya que una pantalla grande con parlantes estridentes habría hecho la experiencia aún más intensa y poderosa.

En todos los aspectos técnicos la cinta destaca, mas, en cuanto a la historia, la crítica especializada tiene opiniones divididas. Algunos críticos acusan a “Sin novedad en el frente” de no contar nada nuevo sobre su tópico (la guerra), que todo lo que la película pone en la mesa ya se ha visto antes en otras cintas. Esto, aunque no concuerdo totalmente, creo que es cierto. Para comprender esto es importante también saber que la novela que inspiró a esta cinta ya tuvo una adaptación cinematográfica muy relevante e influyente en su época, la “Sin novedad en el frente” de 1930, dirigida por Lewis Milestone, la cual es considerada una película icónica e influyente en cómo se hizo el cine bélico a partir de entonces. Varias de las películas sobre guerras (incluyendo algunas que mencioné hace algunos párrafos atrás) han tomado elementos de inspiración del filme de 1930, que cuenta la misma historia que esta adaptación de 2022. Si uno se pone a pensar, es complicado contar con elementos narrativos o tópicos nuevos en una historia que es la misma de una de las películas más influyentes de la historia del cine sobre guerras, historia de la cual otros filmes iguales o más icónicos tomaron elementos ya. Considerando esto, no me parece un problema que la historia no sea muy diferente a la de otras películas bélicas, al fin y al cabo, en una película sobre la Primera Guerra Mundial es complicado de por sí escapar de las narrativas y temas comunes del género, por el carácter histórico, turbio y peliagudo del tópico.

La historia de “Sin novedad en el frente” no es muy distinta a la de otras películas bélicas más emblemáticas, desarrollando las trágicas vivencias de jóvenes soldados inexpertos, y eso no me parece un problema, de hecho, la narrativa de la cinta está bien trabajada. Sin embargo, sí me parece que el filme tenía más potencial dramático del que terminó desarrollando. Me explico a continuación con ejemplos de otras películas famosas sobre guerras: “La lista de Schindler” se desarrollaba dramáticamente de manera extraordinaria gracias a varios recursos, como su música, su guion, su paleta de colores, sus actuaciones, etc; “1917” (2019), una película bélica destacada de los últimos años, se vuelve diferencial del resto de filmes sobre guerras por su apartado técnico y visual, destacando en primer lugar por cómo está filmada con lo que parece ser un larguísimo y poderoso plano-secuencia; “Rescatando al soldado Ryan” (1998) se vuelve difícil de olvidar por algo muy simple, el factor humano, que reboza en cada diálogo y cada escena de la película. A diferencia de todas estas cintas, creo que “Sin novedad en el frente” no es memorable por sus recursos dramáticos, ni en cuanto al ingenio puesto detrás de ellos ni en cuanto a su impacto emocional, a excepción de su realismo en el apartado técnico, aspecto que ya mencioné antes. Los recursos dramáticos (tanto visuales como de guion) no son ni tan originales ni tan poderosos (salvo dos o tres escenas realmente conmovedoras) como los de las cintas que mencioné antes, lo que quizás pueda ser un motivo de decepción para alguien que espere una película revolucionaria y que rompa los moldes.

A pesar de esto, me parece importante recalcar que “Sin novedad en el frente” es una muy buena película antibélica. Está bien dirigida, bien actuada (el protagonista, Felix Kammerer, está realmente conmovedor en su papel), desde lo técnico es una cinta espectacular y desde lo emocional es una historia violenta, triste y visceral. Es una representación fiel de los horrores de la Primera Guerra Mundial, y eso ya podría ser suficiente para conmover y hacer sentir terror a muchos. A mí me gustó cuando la vi, sólo me parece que comparar a la cinta con otras películas bélicas más famosas e icónicas (algunas con tramas muy similares a esta), lo que puede ser inevitable para algunas personas, no le hace ningún favor. Sin embargo, su mejor recurso dramático (el realismo de sus imágenes) funciona bien gracias al espectacular trabajo técnico, y eso ya es suficiente para conmover e impresionar a buena parte del público.

Al fin y al cabo, no hay que olvidar que esta película trata sobre una época tan terrible como la Primera Guerra Mundial, uno de los períodos más oscuros de la historia humana. Las cosas terribles que vemos en la pantalla en “Sin novedad en el frente” pasaron en la vida real de millones de soldados fallecidos. En ese sentido, la cinta es al mismo tiempo una forma de homenajear a los soldados (mostrando todo lo que sufrieron) y una crítica fría y cruda a las razones detrás de su lucha. La Primera Guerra Mundial (y la segunda también) ocurrió principalmente por la sed y el ansia de poder de unas pocas personas con autoridad en determinados países, y ese orgullo cruel y tenaz de estas personas mandó a morir a millones de soldados inocentes en las trincheras y en el campo de batalla. “Sin novedad en el frente” reconoce esto sin tapujos y de manera ruda, ya que nos expone a los horrores de la guerra a la vez que muestra que estos ocurren casi que por capricho de algunos generales y diplomáticos. La muerte de los soldados es irrelevante y prácticamente inútil para ellos, y eso es cruel y doloroso, sentimientos que la película consigue evocar de buena forma.

Haciendo alusión al título de esta reseña, ¿”Sin novedad en el frente” realmente propone una nueva mirada en torno a los horrores de la Primera Guerra Mundial? Creo que no, no realmente. No es una nueva mirada, porque ya se ha visto este análisis brutal y antibélico en otras películas, pero sí es una representación cruda, emocional y realista de la guerra, lo que produce un impacto en el espectador y no deja indiferente a nadie. No es una mirada ni un análisis novedoso, pero sí es potente. Y, al fin y al cabo, ¿realmente importa en una película sobre un suceso tan terrible que esta cuente algo “original” a las demás? La Primera Guerra Mundial, aunque uno haya visto mil películas sobre ella y sepa de memoria todas las batallas y eventos que pasaron, no deja de ser terrible cuando empiezas a pensar en todo lo que ocurrió, y pasa lo mismo con la segunda y con todas las guerras en general. ¿Realmente importa ser original cuando quieres contar un relato verídico y realista sobre algo tan horroroso como la guerra? Es decir, mientras sigan existiendo películas y obras de arte que continúen mostrando al público las atrocidades y las experiencias inhumanas que ocurrieron en las guerras mundiales, quiere decir que somos conscientes de que estas cosas son horribles, que dañan la dignidad humana y que no pueden volver a pasar por ningún motivo, y este ejercicio de memoria y empatía refleja que, como sociedad, todavía mantenemos algo de moral en nuestras vidas. No debemos perder consciencia sobre la historia pasada, sino aprender de ella para ser mejores.

“Sin novedad en el frente” está disponible en Netflix, y se encuentra compitiendo en 9 categorías para los premios Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Guion Adaptado, Mejores Efectos Visuales, entre otras.