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Amalia Ulman, directora de “El Planeta”: “No escogí el cine de forma activa, lo que no quiere decir que no me haya atraído”

En “El Planeta” (2021), la ópera prima de la artista visual y performática Amalia Ulman, la historia gira alrededor de una relación madre e hija, quienes tras la crisis económica de 2008, están a punto de perder su pequeño departamento, más no su humor y una vida llena de lujos y estilo a punta de mentiras, algunas estafas menores y pillerías. Ambientada en la ciudad española de Gijón, el relato mezcla ficción y realidad, con la ciudad en blanco y negro, transiciones a lo Power Point y, lo más destacable, ella y su madre actuando en los papeles protagónicos. Una constante dualidad que va y viene, develando la realidad de una España que al igual que los personajes, cubre las carencias con distinción.

Amalia Ulman nació en Argentina, sin embargo llegó a Gijón, España, cuando era una bebé y aún así siempre sintió un recelo hacía su persona por ser migrante y no una española desde los genes. “Siendo extranjera se te hace sentir un poco incómoda porque constantemente te lo recuerdan, a mí se me ha recordado que no soy española, a pesar de crecer allí y llegar de bebé y aprender a hablar en España —refiriéndose a su acento—, pasa que hay esta constante de tradiciones raras que nadie nunca te va a explicar por hay que seguirlas a rajatabla”, comenta.

Estudió Artes en la Central Saint Martins en Londres, Inglaterra —lo que explica su spanglish— y desde los inicios de su carrera se ha dedicado al videoarte, instalaciones y el arte virtual usando redes sociales como material y herramienta. Familiarizada con estas técnicas, esta vez se sumerge en el arte de la cinematografía. “Siempre he sido muy narrativa, e incluso trabajando en Bellas Artes, como artista utilizaba un montón de disciplinas que tienen que ver con el cine”, cuenta. Para ella su carrera en el arte fue una vorágine donde quedó atrapada. No lo cree malo, sin embargo el motivo es que empezó desde muy joven en la disciplina del artista.

Habla de “el gran España” porque cree que esa es la visión de los y las inmigrantes, pensando que en sí es mejor solo por ser Europa y esa serie de estereotipos, que para ella son una ilusión, escuchando la experiencia de su madre de llegar y toparse con no tener nada. Es notorio que no está en su mirada el creer en el mito de que Europa es el equivalente a una mejor vida. Las protagonistas de “El Planeta” viven en un apartamento minúsculo, roban el wifi de sus vecinos, pero también pasan a un lado más cómico, siendo la madre quien parece inventarse en cada ocasión una historia diferente, como tener que ir a los Premios Goya. La hija no se queda atrás y trata de demostrar —y demostrarse— que todavía vive en la glamorosa bohemia de su tiempo en Londres, cuando en realidad hace lo que puede para conseguir un poco de dinero, y mantener a su madre lejos de problemas mayores, aunque en el fondo son tan parecidas que ambas terminan sucumbiendo a satisfacer sus deseos más superficiales.

Ulman asume que Gijón es un lugar tranquilo, donde la vida pasa lento —por lo menos en lugares más pequeños que Madrid— es otra cultura diferente; “es como la Edad Media, creo también que como migrante, te vuelve un poco bitter”. A través de secuencias en blanco y negro de la ciudad, Amalia nos muestra la realidad de la que habla, antiguos escaparates de tiendas por las que solo caminan ancianas y ancianos, todo es lento y callado, resaltando el conflicto principal.

En su arte toca temáticas como la diferencia de clase, las relaciones interpersonales, emociones, capital cultural, migración y la imitación de clases, con toques de seducción. Todas ellas se ven representadas en el filme desde el inicio, donde vemos a Amalia en una cafetería teniendo una especie de primera entrevista como trabajadora sexual con un cliente. A pesar de que suene algo chocante, es un inicio liviano. La artista y directora busca darle un humor negro a su relato, no caer en lo trágico y melodramático, dotando la historia de la sencillez natural que tiene la vida cotidiana. Aunque nunca tuvo referentes de cineastas mujeres, “con el tiempo mis obras de arte empezaron a ser más complicadas, y me di cuenta de que podía hacer una peli (…) No escogí el cine de forma activa, lo que no quiere decir que no me haya atraído”.

Amalia y Ale, su madre, llevan su relación en la vida real a la ficción. Se creería que es por la comodidad, o similitud con los personajes, pero al contrario afirma que para ella su progenitora tenía un gran potencial para representar el papel de esta mujer que se niega a perder su estilo de vida. Pese a tener cero experiencia, Ale Ulman pasó las pruebas de cámara y su hija tomó la decisión de darle el rol. La describe como una mujer muy fotogénica y atractiva para el lente, además de tener gran talento, que la cineasta le atribuye por ser una cinéfila que con los años aprendió a ser actriz. En cuanto a ser ella la coprotagonista, asegura que fue lo más pertinente, que poner a una actriz principiante. Puede que sí facilite el trabajo para ambas y le da más fluidez a los diálogos, de lo que hubiese sido verla con una actriz desconocida.

Se creería que al ser ambas madre e hija en la realidad, el argumento también lo es, sin embargo la directora y guionista aclara que no es tan así. “Una de las inspiraciones era este dúo de criminales de mi ciudad que eran madre e hija, la historia no es sólo sobre ellas, tomamos algunos elementos”, afirma. “Lo que sí que es cierto es que perdimos nuestra casa. Creo que más que basado en hechos reales, es usar la experiencia propia para hacer una película (…) No es simplemente contar lo que me pasó a mí, sino cómo esto me pasó a mí. Lo que me da la libertad de hacer una comedia y no de hacer una película lacrimógena hecha por una persona de clase alta sobre las clases bajas”. Además su curiosidad fue captada porque este tipo de historias no suceden a menudo en América Latina. “No vas a sitios y dices ‘yo tengo la herencia de no sé qué’ y la gente te va a dar de comer gato. Creo que como timo es mucho más inteligente y mucho más sofisticado”, comenta.

“El Planeta” ha sido parte de diversos festivales, tales como Sundance, Bafici, TFF, y los Premios Gotham del 2021, por nombrar algunos. Esto le ha ayudado a empezar un nuevo proyecto cinematográfico que se encuentra en pre producción, con miras a filmarse en Argentina, lo que le emociona porque si bien es su país natal, nunca ha vivido en él. Afirma que seguirá teniendo ese humor negro y ácido con el que retrata la realidad, y al mismo tiempo utiliza para inspirarse y armar una ficción.

Terminado la conversación, le pregunto a Amalia cuál sería el motivo para ver su primera incursión en el cine, más allá de tomar la película como parte de su carrera en las bellas artes, “creo porque es una visión distinta sobre algo tan triste como un desahucio, y no hay muchas películas de este estilo en el que las protagonistas, aun pasándolo mal y en circunstancias bastante duras, son excéntricas y divertidas. También recomiendo verla a cualquiera que tenga una relación especial con sus madres”.

 

 

“El Planeta” (Amalia Ulman, 2021) se encuentra disponible en Mubi Latinoamérica desde el 16 de noviembre.

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