Prensa y difusión de cine |
Buscar...
PUBLICIDAD Y PATROCINIO  | CONTACTO@BITACORADECINE.CL

“Shin Ultraman” (2022): Intentarlo todo de nuevo

Luego de unos breves créditos iniciales que calcan a la perfección el inicio de la serie original de 1966, “Shin Ultraman” (Shinji Higuchi, 2022) comienza con la apertura de un ojo monstruoso y el caos que deriva tras este suceso. Una forma de vida no identificada —o una Especie Clase-S, de acuerdo a la mitología de la película— despierta en el centro de Japón y comienza a destruir todo a su paso. Rápidamente es neutralizado, pero no está solo. La inesperada visita de una serie de kaijus al país del sol naciente deriva en la formación de la SSSP, un equipo de expertos encargados de monitorear, analizar y neutralizar a los monstruos gigantes que atacan a la nación. Sin embargo, luego de la llegada de una bestia nombrada Neronga, el equipo de defensa se encuentra con un inesperado aliado plateado que llega desde el cielo para ayudarlos a derrotar al enemigo de turno. ¿El nombre asignado a este ser? Ultraman. Pero ¿quién es Ultraman? Para responder esto no será necesario develar el misterio tras el héroe titular, pero resulta prudente explorar la historia del personaje en sí.

Tras el éxito de la serie “Ultra Q” (Hajime Tsuburaya, 1966) y su estructura episódica en torno al “monstruo de la semana”, Tsuburaya Productions creó “Ultraman” (VV. DD, 1966-1967), una de las producciones japonesas más populares del género tokusatsu; aquellas obras audiovisuales en donde destaca el uso de una gran cantidad de efectos especiales. Caracterizada por un guión que constantemente involucraba al personaje titular batallando contra una amplia variedad de kaijus —en donde destacaba el alien Baltan, ausente en este largometraje—, el despliegue de efectos prácticos a través de coloridos sets en donde un grupo de actores y actrices encarna a criaturas de proporciones colosales peleando codo a codo se convirtió en uno de los elementos más recordados de la serie, al punto que el personaje de Ultraman —y sus peleas— adquirió una popularidad en Japón comparable a lo que fue el revuelo mediático por la figura de Superman en Estados Unidos.

Año a año, la llamada “Ultra Series” creció y creció, derivando en docenas de series, animes e incluso películas de larga duración. Y esto no ha parado. Si tan solo tenemos en mente estos últimos cinco años, podemos observar que se han estrenado cuatro largometrajes en torno al héroe gigante: “Ultraman Geed: The Movie” (Koichi Sakamoto, 2018), “Ultraman R/B: The Movie” (Masayoshi Takesue, 2019), “Ultraman Taiga: The Movie” (Ryuichi Ichino, 2020) y “Ultraman Trigger: Episode Z” (Masayoshi Takesue, 2022). Todo esto sin contar la presente “Shin Ultraman”. Entonces, ¿qué hace que esta película destaque, incluso dentro de su misma franquicia? A mi parecer, la clave recae en la visión del cineasta Shinji Higuchi y el guionista Hideaki Anno y, principalmente, la manera en que decidieron abrazar las raíces del personaje, traspasando la esencia rudimentaria de los efectos prácticos de la pantalla chica a los modelos digitales que inundan la pantalla grande.

A lo largo del filme, la escala de las batallas se despliega de una manera épica y rimbombante, pero sin dejar de reflejar una naturalidad digna de nuestras propias manos haciendo chocar un par de juguetes en el patio del colegio. De hecho, hay momentos en donde me atrevería a decir que usaron un entorno digital en torno a una miniatura de plástico, pero es justamente esta ambigüedad de materiales la que convierte a la película en un espectáculo audiovisual irresistible. Los movimientos de Ultraman y las diferentes criaturas con las cuales interactúa parecieran haber sido trabajados digitalmente con la misma precisión que, en su momento, muchas personas manufacturaban los trajes y coreografiaban las respectivas batallas de la serie sesentera. ¿Son efectos digitales? ¿Es hule, tela y velcro? ¿Una mezcla de ambas? ¡Qué importa! Los realizadores la tenían fácil para caer en la burla auto-referente que se está volviendo habitual en producciones contemporáneas, en donde a través de un chiste fácil se reniega de los orígenes y se pone en evidencia “lo torpe” y “lo tosco” de las producciones clásicas, priorizando un futuro lleno de pantallas verdes e imágenes renderizadas por un computador. Sin embargo, el equipo creativo de esta película no teme mirar al pasado para construir el cine del futuro. Y eso, hoy en día, es un tremendo acto de valentía creativa.

Ante un panorama cinematográfico en donde gran parte de las producciones audiovisuales en torno a héroes y superhombres se han visto “Marvelificadas” recurriendo a fórmulas en donde prima el rostro hollywoodense de turno, una historia enfocada en el origen del personaje principal, y un abuso de pantallas verdes y azules, el equipo creativo tras “Shin Ultraman” decide utilizar estos elementos, pero presentando a un personaje principal —mayormente— enmascarado, priorizando una trama semi-episódica y utilizando el propio ritmo que tenía la serie de 1966. Por ejemplo, el punto de vista que prioriza la película es mayormente terrenal, enfocado principalmente en el equipo de control de daños. Sin embargo, y al igual que en la producción de antaño, la cámara no teme adentrarse en la piel del monstruo de turno mientras batalla con Ultraman. Desde pequeños gags como el origen de los nombres de los kaijus o tomas en donde torres de alta tensión son encuadradas para generar, bueno, alta tensión, Shinji Higuchi y Hideaki Anno se apropian de “lo retro” para desarrollar “lo nuevo”. Pero, ¿por qué intentarlo todo de nuevo? Bueno, en este caso la clave está en el título: “Shin”.

Cuando es usado como prefijo, el japonés “Shin” indica la cualidad de “nuevo”, y esto es algo que el guionista del largometraje tiene muy claro. Habiendo dirigido “Shin Godzilla” (2016) junto a Shinji Higuchi, “Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time” (2021) —también conocida como “Shin Evangelion”— junto a Kazuya Tsurumaki, Katsuichi Nakayama y Mahiro Maeda, y próximamente “Shin Kamen Rider” (2023) por sí solo, Hideaki Anno lleva un buen par de años explorando los conceptos reconstruir, reiniciar y rehacer; remake. En “Shin Godzilla”, el realizador devela las dificultades de un gobierno para afrontar un desastre natural, haciendo paralelos a la fundacional “Godzilla” (Ishiro Honda, 1954) en donde el monstruo representaba una amenaza nuclear. En “Shin Evangelion”, la destrucción de la Tierra —y su eventual reinicio— va acompañada de la reconstrucción de un vínculo padre-hijo, generando el cierre de un arco que comenzó en el anime “Neon Genesis Evangelion” (1995-1996). Y finalmente, en “Shin Ultraman”, se explora la idea sobre si es que vale la pena que la raza humana —e incluso Ultraman— continúe su existencia o, simplemente, de paso a algo nuevo. Si bien el espectáculo base estaba más que asegurado por parte de Higuchi —quien tiene una amplia trayectoria como supervisor de efectos especiales—, es muy probable que esta película fuese solo humo y espejos sin la mano de Anno.

Y aceptémoslo: gran parte de los reinicios que abundan en la cartelera internacional no son más que producciones que ayudan a mantener propiedades intelectuales en la casa productora de turno. Sin embargo, cuando una empresa como Tsuburaya Productions realiza cientos de horas episódicas en torno a un personaje que lleva casi sesenta años en las pantallas niponas, dejar un experimento como este en manos de personas como Shinji Higuchi y Hideaki Anno resulta ser una decisión más que acertada. Ultraman es un héroe que no se agranda; crece. Y eso es algo que el equipo creativo sabe muy bien cómo desarrollar. En lo que respecta a tanto honrar el material original como innovar pensando en nuevas audiencias, “Shin Ultraman” destaca como una de las películas más interesantes de su franquicia y uno de los remakes más llamativos que se han producido en el último tiempo. No es necesario verla con ojos de niño, ya que la película buscará la manera de transportarte a tu infancia. O al menos, a sentir algo similar de nuevo.

 

 

“Shin Ultraman” (Shinji Higuchi, 2022) tuvo su estreno en Chile —y en Latinoamérica— durante el 29° Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValdivia), en la sección Nocturama.

Publica un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.