La Última Vedette de Wincy Oyarce: “Maggie es una mujer del pueblo”

El documental “La última Vedette”, un relato visual del presente de la mítica show woman Maggie Lay, largometraje realizado por el director Wincy Oyarce (Empaná de Pino (2008) – Otra película de amor (2012)), producido por Adriana Silva (Válvula Films) y distribuido por Storyboard Media. La película está disponible en cartelera desde el 7 de diciembre en diferentes salas del país –

Maggie Lay maneja su colectivo en la comuna de San Bernardo hace más de 15 años, su presencia femenina destaca en un rubro liderado en su mayoría por hombres. Así conocemos su cotidiano trabajo, su hogar y su amor por sus gatos, capas que actualmente cubren a una artista que desde los años 70 se mantiene en la memoria popular frente al paso del tiempo. Un relato de experiencias, desamor y picardía de una mujer que ha enfrentado una vida algo solitaria y con dificultades, pero que encuentra en el baile y el canto sobre el escenario, la fuerza e inspiración para permanecer aún en los rincones de la bohemia santiaguina.

¿Cuál fue tu primera impresión al conocer a Maggie Lay  y qué buscas representar en el documental con este seguimiento de su presente?

Wincy Oyarce –  Vi a Maggie Lay por primera vez actuando en Le Trianon, y hasta ese momento no la conocía. Me impactó mucho su show, su voz y que desafiara los convencionalismos, ya que a las mujeres mayores de 60 no se les permite mostrarse, ni sexualizarse. Luego me quise juntar con ella y en esa reunión mientras conversábamos, surgió una necesidad de registrarla. Siento que conecta mucho con los temas que me interesan, de partida me atrae su estética, los brillos, las plumas y nos remite a un mundo de la bohemia y del cabaret pero bien local y latinoamericano. Y también me fascina su contenido. Maggie tiene mucho discurso y siento que fue muy rupturista cuando comenzó su carrera en los años 70, y de alguna forma es un referente o nos antecede en las luchas feministas y de revolución sexual.

El documental comenzó a gestarse el 2013, pero las imágenes más íntimas las grabamos recién el 2015 o 2016. Fueron años de trabajo y de registros, que nos sirvieron además para hacernos grandes amigos, lo que fue clave para lograr ese grado de intimidad. Y en todas esas escenas sólo estuvimos yo y mi cámara, lo que permitió también que Maggie fluyera en completa libertad.

Si bien el documental se aleja de un relato biográfico e histórico, enfocado más en el presente actual de Maggie como mujer trabajadora y artista, ¿cuál fue el criterio y punto de vista que consideraste en el relato y cómo fue la decisión de dejar de lado otras temáticas pasadas de su vida e hitos de su obra?

Wincy Oyarce –  En un principio me sentí atraído por el pasado de Maggie, por la bohemia y los teatros de revistas que desaparecieron y su exitosa carrera, pero a medida que fui registrándola se fue volviendo mucho más interesante lo que sucedía hoy con ella. Una mujer resiliente que lucha por mantenerse vigente y por continuar con su carrera de vedette más allá de todo convencionalismo. Luego de un largo proceso de investigación y de entrevistas a antiguos colegas y vedettes de la bohemia, decidí concentrarme en su vida actual y dejar fuera las entrevistas, ya que al momento del montaje también comenzamos a plantear la narración más como una ficción que como un formato tradicional de documental. Y la vida de Maggie actual me parecía lo suficientemente interesante para sostener todo el relato.

¿Qué representa Maggie Lay para ti en el actual contexto de nuestro país?

Wincy Oyarce –  Maggie es una mujer del pueblo, con mucha conciencia social, con opinión y muy enterada de la contingencia. Para mí representa un tremendo referente femenino, de mujer empoderada, independiente, que no necesita a ningún hombre a su lado, con una tremenda fuerza y resiliencia. De sus fracasos y dificultades ella se levanta y sale adelante una y otra vez, por lo que me resulta muy inspiradora y feminista.

Considerando las etapas de financiamiento y distribución, ¿Cómo fue el proceso de desarrollo del film?

Adriana Silva – El proceso del film al principio fue bastante complejo. Como no contamos con financiamiento, tenemos la suerte de contar con buenos profesionales y amigos a quienes les interesó el proyecto desde su inicio. Lo complejo era coordinar los tiempos con nuestra directora de fotografía, siempre ver quién podría hacer el sonido, al mismo tiempo conseguir los equipos…

Además la idea fue mutando ya que partimos con un documental más enfocado al pasado y ahí lo empecé a abordar desde conseguir imágenes de archivo, entrevistas con gente de la época, amigos de Maggie, etc., muchas conversaciones con la protagonista sobre su vida nocturna pasada.

Fue un proceso de 4 años, donde grabamos cuando Maggie nos contaba ciertos sucesos que para la mirada del director eran muy interesantes, las veces que grabamos siempre era todo con muy poco tiempo para preproducir, eso es lo que pasa cuando haces un documental en el que todo puede ser muy improbable. Es lo interesante de estar al límite de que el personaje te sorprenda.

Una de las escenas más complejas e importantes por el cuidado estético que debía tener -requería de público, luces, vestuario y un tremendo equipo de sonido- es cuando Maggie canta en el teatro Cousiño. Esta escena el Wincy se la imaginó con mucho tiempo, siempre me hablaba de ella y cómo se la imaginaba, de cómo quería que fuera… me habló de esta escena por lo menos un año, cuando llegó el momento no fue compleja de realizar, ya que estaba todo muy calculado con mucho tiempo, Wincy la tenía muy visualizada.

Siento que esta película no podría haberse hecho en menos tiempo, ya que es muy estética, con un tremendo personaje que nunca nos dejó de sorprender, por la independencia, coraje y tremendo nivel artístico que tiene Maggie Lay. ¡Ella es realmente fabulosa!