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“Chelovek iz Podolska” (2020): Metamorfosis

El reciente viernes 11 de junio del presente año comenzó el Russian Film Festival, cuya edición debuta por primera vez en países latinoamericanos como Chile, Argentina y Uruguay, extendiéndose la muestra de solo una serie de animación y ocho increíbles largometrajes del cine ruso hasta el 4 de junio en la plataforma digital de Qubit.tv de forma gratuita para todo público. En esta ocasión, Bitácora de Cine te recomienda la película “Chelovek iz Podolska” (Semyon Serzin, 2020), la cual se traduce al español como “El hombre de Podolska”. La adaptación fílmica de la famosa obra teatral homónima de Dmitry Danilov es un drama absurdo con tintes de comedia en el que su protagonista va experimentando una metamorfosis que no le deja indiferente.

Nikolai (Šarūnas Zenkevičius), un gris ciudadano ruso, común y corriente que tiene una banda de música y que rutinariamente viaja entre la ciudad de Moscú y Podolska, ha tenido un día de mala suerte; en cuestión de minutos han hurtado su billetera en el terminal, su pareja lo ha dejado y la policía lo ha detenido arbitrariamente, siendo esta última situación la que da pie a extraños y absurdos sucesos que lo dejan —de principio a fin— un tanto confundido. La actitud rara de la policía con sus curiosos gestos, sometimientos a Nicolai de pruebas médicas, de canto, baile, natación, entre otras actividades con “fines educativos” y un interrogatorio sobre rebuscados datos de la ciudad de Podolska y su vida, crean una atmosfera surreal que se mezcla con extensos flashbacks de eventos familiares y su diario vivir, los cuales poco a poco generan en el protagonista un proceso de metamorfosis que incluye una nueva perspectiva sobre lo que era su intrascendente y rutinaria vida.

De forma satírica y enérgica, “Chelovek iz Podolska” da cuenta de cómo el destino de una vida aburrida, plana e irrelevante de un ciudadano promedio, que se creía preso de un sistema cotidiano que le ha arrebatado la emoción de su vida, da un vuelco que apuesta por la aventura y la audacia a manos de tres agentes policiales y otros personajes, que para Nikolai actúan desde la irracionalidad pero resultan ser un gran reflejo de lo que a Nicolai le faltaba por aceptar: la maravillosidad de vivir. Esta obra es un fiel ejemplo del proceso mental del ser humano en el que vuelve a valorar la propia vida, tal como en el título literario de Kafka “La metamorfosis” (1915). Por otro lado, una curiosa lectura que sugiere tanto el filme como la obra es la crítica a la burocracia y a lo indiscriminada y descriteriada que podría llegar a ser a veces, llevándola al extremo en esta grandiosa sátira.

El largometraje de 92 minutos en ningún momento deja de sorprender, ya que cada vez que avanza suceden situaciones totalmente inesperadas bajo el contexto de una comisaría policial, así como una sala de natación, huertas interiores, curiosos bailes, entre otras cosas extrañas que Nikolai va descubriendo. En cuanto al trabajo actoral y la construcción de exagerados personajes, este resulta cautivante por la ridiculez e ironía en la que se desenvuelven mayormente los imponentes y rudos policías, quienes en la vida real y en la percepción de un ser tranquilo como Nikolai deberían tener un comportamiento mucho más formal. Sin embargo, a pesar de lo alocados que podrían parecer este trío de policías y los demás, tienen una perspectiva de la vida fructífera que les permite disfrutar de cada detalle, como por ejemplo de la existencia de los trolebuses, del canto y de los paisajes que les ofrece su patria, entre muchas otras cosas más. Por otra parte, la destacable fotografía del filme abarca diferentes formatos de imagen y estéticas visuales que logran transmitir cada experiencia vivida por Nikolai dentro del edificio: el efecto retro de una cinta VHS que ahonda en sus memorias familiares de infancia, lo vigilado que se siente al aparecer por las grabaciones de las cámaras de seguridad monocromáticas puestas en cada esquina cuando trata de escapar, la tonalidad oscura que se tornan algunos de sus recuerdos en las secuencias oníricas y los inestables movimientos de cámara que representan lo confundido que se siente Nikolai por las diferentes situaciones que vive, entre otros colores, composiciones y formatos visuales que recrean un sinfín de estados que poco a poco van aflorando y también desvaneciéndose, haciendo de este grandioso filme un visionado dinámico que se instala en una montaña rusa de sensaciones.

 

 

“Chelovek iz Podolska” (Semyon Serzin, 2020) es parte del Russian Film Festival y podrás verla gratis en Qubit.tv hasta el domingo 4 de julio.

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