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“Johnny 100 pesos” (1993): Más de lo que parece

Corrían los primeros años de la década de 1990 cuando la cinta “Johnny 100 pesos” se estrenó en los cines chilenos. En su época, este filme de acción y crimen era una de las pocas producciones a gran escala realizadas en este país, y una de las primeras películas post-dictadura en pasar a la historia y obtener un hueco en la cultura popular del pueblo chileno.

Esta superproducción (para los estándares de la época) es recordada por la gente como una película de culto. A pesar de tener un enfoque que referencia claramente (y hasta parodia) a las películas sobre robos y criminales, que ya habían tenido éxito en grandes producciones estadounidenses (véase el caso de “Tarde de perros” de 1975, película con la que comparan mucho a esta cinta por las similitudes entre sus tramas). Sin embargo, “Johnny 100 pesos” es también un filme que refleja extraordinariamente el período de confusión e incertidumbre que sufrió Chile en sus primeros años de retorno a la democracia, todo de una manera ingeniosa, sutil e inteligente, aunque quizás no lo parezca a primera vista.

“Johnny 100 pesos” es una película chilena de acción y drama, perteneciente al subgénero de películas sobre robos y criminales. Producida (y coproducida entre Chile y México) por Arauco Films, Catalina Cinema, Patagonia Films y Televicine S.A, la cinta fue estrenada el 14 de octubre de 1993, teniendo una recaudación en taquilla muy buena para los estándares de una película nacional. Dirigida por Gustavo Graef Marino y escrita por él mismo y Gerardo Cáceres, la película hizo historia para el cine chileno por su nominación a los Premios Goya, en la categoría de mejor película extranjera de habla hispana.

La cinta narra la historia de Johnny García (interpretado por Armando Araiza), un adolescente chileno que se vuelve cómplice de un robo a un videoclub (que en realidad es una fachada de un negocio de dinero ilegal), que termina convirtiéndose en un asalto con rehenes, militares y una connotación política y social a gran escala que no estaba en el plan. Johnny, junto a los demás integrantes de la banda criminal, tienen que buscar una forma de escapar sin que los atrape la policía, por lo que se verán obligados a dialogar con Carabineros y las autoridades del país, que quieren tratar de mantener la situación en un perfil lo más bajo posible, para que parezca que el nuevo Chile democrático es un lugar pacífico y seguro. En el proceso, Johnny se ve abruptamente obligado a afrontar la vida adulta, y a conocer la peor cara de un país todavía inseguro y desprotegido. La cinta está parcialmente basada en la historia de Marcelo Gómez, protagonista del primer asalto con rehenes en Chile en 1990.

Debido al tono principal de acción, suspenso y violencia que la película maneja, probablemente sea difícil percibir a primera vista el paralelismo entre la historia de Johnny y la historia de Chile de la época. Sin embargo, “Johnny 100 pesos” es una cinta más compleja de lo que parece, y muy diferente a la mayoría de las superproducciones famosas sobre atracos con rehenes, principalmente porque es una historia muy arraigada y conectada con su país de origen, y el contexto por el que pasaba a principio de los años 90.

Johnny es un joven de pocos recursos que actúa como un adolescente normal. Es impulsivo, torpe, intenso y sin mucha experiencia en general, y se ve obligado a lidiar con una situación que podría arruinar su vida (ir preso) rodeado de criminales violentos y rehenes inocentes (aunque no exentos de pecados y problemas). En un principio Johnny se muestra confiado y se enfrenta a todo el mundo de igual a igual, pero después es abrumado inevitablemente por la situación y sus matices.

La abrupta transición de Johnny de la adolescencia a la adultez es como la transición de la dictadura a la democracia por la que pasó Chile: en los dos casos es una decisión que había que tomar sí o sí, pero tanto Johnny como las autoridades y el pueblo chileno no sabían muy bien qué hacer para enfrentar los problemas que surgieron. El objetivo de estas transiciones no es evitar dificultades, sino aprender a afrontarlas para alcanzar la mejor versión de nosotros (como personas y como país), y tanto Johnny como Chile podría decirse que pecaron de inocencia.

Este paralelismo otorga a “Johnny 100 pesos” una lectura interesante sobre el gobierno y la sociedad chilena de la época: insegura, machista, desigual, ingenua y aun sin acostumbrarse a la transición democrática. Se hace una lectura similar sobre el poder (en la propia película se referencia a ciertos políticos y su hipocresía, ya que estaban más preocupados por vender una imagen de Chile como un territorio seguro en vez de realmente preocuparse por el país). La cinta está llena de sátira y críticas inteligentes a la política, los medios de comunicación (y la manipulación de las masas que estos ejercen), la insensibilidad de la burocracia y demás tópicos que siguen vigentes en nuestro país. Sin embargo, todos estos subtextos son sutiles, puesto que la cinta funciona esencialmente como una sólida obra de acción y drama, llena de suspenso, intensidad y emoción.

Analizando elementos técnicos de la cinta, podría decirse que los efectos visuales y especiales no envejecieron del todo bien, pero, considerando la época y lo complicado que era hacer cine chileno en ese entonces, uno puede entenderlo y pasarlo por alto, tampoco es realmente un elemento distractor. En lo demás, la cinta funciona bien, ofrece un guion inteligente, ingenioso y, como mencioné antes, lleno de subtextos. Las actuaciones son realmente convincentes a nivel coral y aportan un ritmo que vuelve a la cinta una experiencia que no aburre durante sus 90 minutos de metraje.

Se podría decir que “Johnny 100 pesos” pasó a la historia chilena por varias razones. Una es por ser de las primeras grandes producciones del país, pero yo diría que la más relevante es por su potente mensaje, pertinente y crítico, que se encuentra dentro de una audaz y entretenida cinta de acción, género que ya se había vuelto popular. Esta película rememora y recrea tanto física como emocionalmente las sensaciones de un nuevo Chile recién nacido, perdido, inocente e hipócrita, igual que Johnny García. Y hace todo esto dentro de una película de atraco. Un clásico chileno imperdible y cuyas críticas sociales y políticas aún no pierden vigencia en el Chile de estos tiempos.

“Johnny 100 pesos” se encuentra disponible gratuitamente en Ondamedia

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