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La Haine (1995): la historia de una sociedad que se cae

El 27 de junio de 2023, Nahel Merzouk, un joven francés de ascendencia argelina y marroquí, fue asesinado por la policía en un suburbio parisino. La rabia generada a raíz del actuar policial llevó a la sociedad francesa a manifestarse con violencia ante un nuevo hecho que indigna y recuerda algo particular: el odio.

Cuando leí acerca de estas lamentables noticias no pude evitar recordar una de las películas más representativas de los años noventa en Francia, que tristemente, comparten muchas similitudes. “La Haine” (1995) de Mathieu Kassovitz es un filme que, de forma impresionante, calza de forma certera con todos los acontecimientos ocurridos en París.

La historia se centra en un día entero en los suburbios de la capital francesa, la cual se encuentra en caos debido a protestas que ocurren en la zona. En estas manifestaciones, se reporta que un joven llamado Abdel Ichaha fue brutalmente herido por la policía y debido a esto se encuentra en riesgo vital en el hospital.

Conociendo este contexto, los tres protagonistas de esta película resultan ser amigos cercanos del joven, quienes se encuentran realmente afectados y enrabiados por la situación. Ellos son Säid (Saïd Taghmaoui), Hubert (Hubert Koundé) y Vinz (Vincent Cassel), el primero un joven de ascendencia árabe, el segundo un afrodescendiente y el tercero un judío (tres factores importantes en la temática de la película).

Säid tiene una personalidad energética, aunque no cruza los límites de lo que puede ser riesgoso o un peligro absoluto, principalmente por tener un hermano que lo regaña constantemente si se mete en problemas; es alguien que se podría considerar neutral. Hubert por su parte, podemos definirlo como la razón dentro del grupo, el que tiene experiencia en las cosas que realiza, ha robado, ha vendido drogas con el fin de ayudar a pagar las cuentas de su hogar, sin embargo nunca ha sido atrapado, por lo que podemos entender que es inteligente.

Por último está Vinz, este personaje errático y explosivo proveniente de una familia judía es el causante principal de varios de los problemas que van apareciendo en la trama. La razón principal de esto es que Vinz encontró el arma de un policía durante los disturbios de la noche en que Abdel fue herido, dando entrada a un dilema constante alrededor de los personajes: ¿qué hacer con el arma?

Vinz establece que si Abdel muere, él equilibrará la balanza matando a un policía. Esta pistola es un eje central de los problemas y define muchos momentos, como también interpretaciones. Puedo entender que esta arma es la definición del poder, el absoluto y verdugo de la razón, cuando el odio sobrepasa los límites, la razón tendrá que disparar.

Durante la película se observan momentos de tensión con la policía, donde la comunicación y el resentimiento mutuo chocan con violencia. Los resultados son diversos, pero la rabia siempre está, es evidente que la relación entre los grupos es irreparable.

En varios pasajes de la película se puede leer la frase “el mundo es tuyo”, “el mundo es de ustedes”, pero me quedo con el rayado que Säid realiza en uno de los murales, “el mundo es nuestro”. La significancia de este mensaje para mí, es la fuerza que tiene el grupo de protagonistas y ellos lo saben, no renuncian a soltar el fierro caliente de luchar por su bienestar y su deseo inagotable de pertenecer, de no ser marginados del mundo que pretende apartarlos.

Con poco más de una hora y media, esta cinta en blanco y negro representa un sentimiento constante, una reflexión perdida en el tiempo y que no acepta matices. Mientras más crezco, más me doy cuenta que la historia es cíclica, y lo peor es que la repetición no deja de lado lo malo de nuestra convivencia.

Esta es la razón que me hace escribir hoy acerca de esta historia, una que está más presente que nunca y que golpea con un puño de ira, la cual habla de una sociedad en caída libre que se repite a sí misma para tranquilizarse: “Jusqu’ici tout va bien” (traducido como “hasta aquí todo va bien” en español). Lo que importa no es la caída, como dice Hubert, sino el aterrizaje. Francia aterrizó de cabeza y demostró al mundo -como también Chile en su momento- que el odio genera odio, sin importar la razón, sin justificación, es una condena a sufrir.

“La Haine” llega a la plataforma Mubi el próximo 30 de julio.

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